Se duplicó la importación de alimentos en seis meses
Creció 82% en un año. De la mano del dólar barato ingresan zanahorias, tomates, limones, vino y hasta yerba mate. La desregulación dispuesta por el gobierno agudiza el fenómeno. Por: Marcelo Di Bari. (Tiempo) Algunas tradiciones orales cimentaron la construcción que ciertas clases dominantes hicieron de la Argentina. El apelativo de «granero del mundo» se basó en las grandes exportaciones de cereales y carnes de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, aquella época que más de 100 años después el presidente Javier Milei pone como modelo a seguir.
Más acá en el tiempo, el gobierno de Mauricio Macri insistía con la
leyenda de que en estas tierras se producen alimentos para casi 400
millones de personas. En ese país, las importaciones de alimentos y
bebidas se duplicaron en los últimos seis meses y pasaron de U$S 122
millones en junio de 2024 a U$S 242 millones en diciembre último. Allí
se engloban productos básicos para la mesa de todos los días, como
zanahorias, tomates, limones, vino y hasta la tradicional yerba con que
se prepara el mate, la infusión criolla por excelencia. La situación fue
expuesta crudamente en un informe elaborado por el Instituto para el
Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), un think tank que auspicia
Julián Domínguez, exministro de Agricultura. Allí reportaron que el
crecimiento interanual de las importaciones, que venía siendo del 61% a
mediados de año, se aceleró a 82% a fines de 2024. El análisis incluye
los alimentos y bebidas para la industria y para el hogar, tanto básicos
como elaborados. Se excluye la importación temporal de soja, que es
procesada y re-exportada como subproductos con valor agregado. El IDAA
consigna que en algunos casos los volúmenes ingresados se multiplicaron
por 70 (ver cuadro). «Resulta impactante el aumento a cuatro dígitos de
las importaciones de productos representativos de las economías
regionales argentinas como el tomate, la cebolla o las zanahorias. Es
importante destacar que dichos productos, al igual que los limones,
provienen masivamente de países limítrofes», señala. Según el trabajo,
«son las condiciones macroeconómicas y la política desregulatoria en
materia de comercio exterior las que explican este comportamiento del
mercado. Todo indica que de cara a un año electoral, los lineamientos se
profundizarán», en alusión al dólar barato que impulsa el gobierno. Eso
hace que, por el tipo de cambio artificialmente retrasado, los
productos del exterior compitan con los locales. «En ese contexto es
altamente probable que la tendencia observada se incremente durante 2025
en lo que hace a la importación de alimentos», pronostica el trabajo,
para luego agregar que «serán los sectores productivos los más afectados
por la apertura importadora, dado que los precios dejarán de estar
relacionados a los costos de producción para pasar a arbitrarse por la
paridad de importación».
Más leña al fuego , A esa tendencia
contribuirá el decreto 35/25 oficializado esta semana, que desregula el
ingreso de alimentos: para los que vengan de países «de alta vigilancia»
se eliminarán los registros y autorizaciones de muestras, productos y
establecimientos, dando por válido el control que ejerzan las
autoridades del lugar de origen. «Buscamos alimentos más baratos para
los argentinos», proclamó el ministro de Desregulación y Transformación,
Federico Sturzenegger, en uno de sus cotidianos tuits donde da muestras
de cómo su gestión le mejora la vida a la gente.