Sin repunte del mercado, el panorama es sombrío
Importaciones en ascenso, crisis de empleo y recesión industrial que no aparecen en la autoevaluación del gobierno de su política económica. Qué dice el sector pyme. Por Raúl Dellatorre. La industria metalúrgica sigue operando con casi 50% de capacidad instalada ociosa. Mientras buena parte del sector empresario medio, y también en ámbitos laborales de la industria, avizoran un panorama sombrío para el año que se inicia, el gobierno insiste en mostrar una mirada muy positiva con respecto a los resultados de su primer año de gestión, en particular de su plan económico.
Con cifras generalmente cuestionables, Javier Milei, Luis Caputo y
varios funcionarios en la órbita del Ministerio de Economía, repiten la
visión de una economía no sólo con un nivel de inflación en caída, sino
además con "salarios y jubilaciones subiendo, pobreza e indigencia en
baja, y una recuperación en forma de V de la actividad económica".
Justamente, todo lo opuesto que denuncian sectores del empresariado
pyme que empiezan a hacer oir su discrepancia con ese discurso oficial.
Según
la lectura oficial, después de tocar su piso, la economía rebotó y
crece a la misma velocidad con la que cayó en la etapa anterior (eso es
lo que le daría la forma de V al gráfico de evolución de la actividad).
Gustavo Casciotti, presidente de Apyme Mar del Plata, no sólo discrepa
sino que advierte sobre una intencionalidad de la política económica.
"Al gobierno no le interesa recuperar el mercado interno, sino favorecer
la especulación financiera", expresó esta semana al hacer un análisis
de la actual situación. Apyme, la Asamblea de la Pequeña y Mediana
Empresa, es una de las pocas entidades del sector pyme con
representación en todo el país. "El gobierno estaba esperando ansioso el
índice de inflación de diciembre, esperando que fuera menor al 2,5 por
ciento para cumplir el compromiso de bajar el ritmo de devaluación
mensual del 2 al 1 por ciento, con la pretensión de reforzar el ancla
inflacionaria", sostuvo Casciotti, quien agregó que no lo logró (fue del
2,7 por ciento el aumento del IPC), pero igual dispuso la baja a la
mitad del crawling peg."De esta forma, se profundiza también la pérdida
de competitividad", subrayó Casciotti, tanto de los productos nacionales
que se venden al exterior como de los que deben competir en el mercado
interno con los importados. Es decir, si los costos internos aumentan al
ritmo de la inflación, pero los productos importados lo hacen al ritmo
de la devaluación, estos últimos se verán favorecidos frente a los
productos nacionales y le irán sacando cada vez una mayor proporción del
mercado local. Un mercado interno que, además, globalmente va
reduciendo su nivel de demanda. "Es evidente que el nivel de inflación
resulta para este gobierno una variable al servicio del rompecabezas
financiero, para asegurar ganancias al mercado especulativo, en lugar
de constituir un valor que determina, en función del ingreso de las
familias, la posibilidad de acceder o no a una canasta básica para no
ser pobre o aspirar a mejores niveles de ingresos", señaló el titular de
APYME Mar del Plata. En el altar de la inflación, el gobierno no sólo
está ofreciendo el sacrificio de sectores industriales que resultarán
atomizados por la reducción de la demanda y la competencia importada,
sino que además la inversión productiva en general sufre el mismo
camino. Con un dólar pisado, el mayor atractivo para los capitales será
cambiar sus dólares por pesos para colocarlos en inversiones
especulativas por un tiempo, y luego convertir esos rendimientos en
pesos otra vez en dólares, antes de que todo el modelito financiero
explote con una brutal devaluación. ¿Puede explotar este modelo? Muchos
opinan que sí, el mayor debate se da en torno a "cuándo". Es apreciable
que el gobierno ha logrado despejar del corto plazo ese temor a la
explosión, con la sensación ya ganada de que "el dólar se mantendrá
estable al menos durante 2025". ¿Qué resulta de esto? Que el gobierno
llega a las elecciones de octubre sin que le explote el modelo, pero a
la vez le impone a la economía la condición de que la inversión
especulativa seguirá predominando por sobre toda opción productiva
ligada al mercado interno. Casciotti, de Apyme, lo expresa en estos
términos. "Una visión que priorizara al conjunto y a los sectores
productivos nacionales, procuraría, en función del amesetamiento de los
precios, la recuperación de un consumo que continúa atrasado y que sería
clave para activar el mercado interno, del que dependen el enorme
universo de Micropymes que generan más del 70 % del trabajo formal del
país". En vez de eso, se toman medidas que alientan la competencia de
productos importados en el mercado interno y el mantenimiento de las
divisas en el país por vía de mejorarle la rentabilidad a las
colocaciones especulativas. La industria cerró el año 2024 con una caída
del nivel de actividad de casi el 11 por ciento respecto del año
previo. Si hubiera habido una recuperación en V, no se explicaría que la
utilización de capacidad instalada (nivel de ocupación de fábrica
contra su máximo potencial) estuviera todavía apenas por arriba del 50
por ciento. Ya son decenas las empresas de mediano porte que, ante la
caída en picada del mercado interno, decidieron cerrar definitiva o
temporalmente, suspender personal o meditar la posibilidad de reemplazar
la producción por la importación de los artículos con los que hoy
compiten. La recuperación del salario privado de la que habla el gobierno es una falacia, consistente en calcular el salario promedio de los que siguen cobrando (a los que le siguen haciendo aporte), aunque sean 180 mil menos de los que eran hace un año.
La crisis no perdona casi a ningún rubro. La otrora poderosa industria automotriz es una de las que está sufriendo en forma más descarnada el avance de la importación, tanto de vehículos terminados como de autopiezas. Y el colapso se expande hacia toda la industria metalúrgica en general como un manchón de aceite.
Algunas industrias fueron implementando "paradas de planta", licencian por vacaciones al personal, pero se encuentran con sobrestock --por caída de ventas durante 2024-- que no está claro como se irá reduciendo si no hay repunte importante de la demanda, un panorama que nadie anticipa.
"Habrá que ver qué pasa a la vuelta de vacaciones", comentó un dirigente gremial al respecto. "Si no hay un cambio en la situación del mercado, en la mayoría de los casos nos vamos a encontrar con suspensiones y procedimientos preventivos de crisis; las vacaciones postergaron el desenlace, febrero es como un mes bisagra", avisa.