Importaciones, recesión y ficciones económicas
A 9 meses de Milei en el poder. El principio del fin del "Made in Argentina", Caputo tomó el caso del pan importado para avisar que fomentará una apertura total de alimentos foráneos. Alerta en las fábricas nacionales, justo cuando la mitad de las empresas que se fueron del país en la era libertaria son de consumo masivo. La UIA espera a Milei admitiendo que viven una destrucción del entramado. El golpe inesperado que sufren Techint, Acindar y Aluar. Y el colmo del viceministro "importado". Por Leandro Renou. El ministro de Economía, Luis Caputo, está obsesionado con el pan lactal brasileño. Con bastante razón, al observador común podrá parecerle una nimiedad, pero él y sus laderos en Hacienda están fascinados con el buen ritmo de ventas que tiene el producto que, tras varias reuniones en Buenos Aires y Río de Janeiro, dejaron que el gigante Bauducco ingrese al país sin ningún control.
La variante lactal del "Arcor brasilero", que se comercializa sólo en
dos grandes cadenas de supermecados, es un 25 por ciento más barata que
los panes de Fargo, propiedad del casi monopolíco holding mexicano
Bimbo. "Es un furor", se congratulan, en una oda inédita a los
panificados. Más allá del color, la anécdota adelanta lo que viene. El
ministro, atado al mástil de la desinflación a cualquier costo, ya avisó
a sus equipos que el segundo paso de la política fiscal para contraer
precios será la política comercial. "Quiero deflación en alimentos",
disparó, según contaron a Página I12 quienes los frecuentan. Es que la
depresión económica, que desplomó el consumo a niveles históricos, está
agotando su potencia natural para regular precios a la baja, y es
necesario un torniquete mayor. Ese dique de contención de precios se
sustenta en la expectativa de Caputo, algo pretenciosa, de que la baja
del Impuesto País se vea en las góndolas; pero sobre todo en un plan que
fomentará importaciones de alimentos e insumos alimenticios de todo
tipo sin aranceles, dado que hoy pagan entre 6 y 15 por ciento. No es
casual: el IPC del INDEC, con los alimentos influyendo en más de 20
puntos en la inflación general, tapa con ese rubro el desborde de los
regulados (naftas, prepagas, colegios, tarifas, peajes, etc), que se
triplicaron desde que Milei es Gobierno.
El dato de la apertura
extrema de las importaciones -que tiene a los industriales
revolucionados justo a horas de que Milei brinde con la UIA, el 2 de
septiembre, por el Día de la Industria- muestra que, a casi 9 meses de
asumido el poder, el modelo Milei camina firme hacia la peor parte del
menemismo, la de la transición a la crisis del 2001: un esquema de
apertura total de la economía, destrucción fabril, transferencia de
ingresos de la población a sectores de poder económico y un futuro macro
incierto, por dos razones. En Wall Street dudan de la capacidad de
acumulación de reservas del BCRA; y se inquietan porque la crisis
política interna de los libertarios no da respiro. El combo de
importaciones y recesión, que para Caputo es central para bajar la
inflación, casi que configura el plan de LLA. Un país atado al petróleo,
minería y finanzas, con el resto penando. De hecho, de las 8 empresas
que se fueron del país desde que Milei es gobierno, casi la mitad son de
consumo masivo: la referencia más reciente es la del mayorista holandés
Makro; que sumó a la salida de Procter & Gamble (comprada por
Newsan); y Clorox, que quedó en manos de la estadounidense Apex. Ya
viendo que el mercado se iba a contraer fuerte, el año pasado se fueron
WalMart, Nike y Zara.
Gol de vestuario a los gigantes del acero
No
sólo pymes, textiles y jugueteros pronostican, hoy, que la baja del
Impuesto País y la brecha cambiaria intervenida por el Gobierno abren
-como adelantó este diario hace meses- una invasión de productos de
China. Sino que en el amanecer de la liberación de importaciones le
pegaron un cross inesperado a Paolo Rocca, el dueño de Techint. Le
abrieron las importaciones de acero "sin que él pueda evitarlo", admitió
un alto mando de la UIA. Si bien Techint está hoy más volcado al
petróleo, es un gesto desafiante. El lunes a la mañana, Milei irá a la
sede de la entidad en Avenida de Mayo, donde será recibido por Daniel
Funes de Rioja y su vice, David Uriburu, justamente la mano derecha de
Rocca. Lo particular es que Rocca viene jugando contra la invasión de
productos chinos en todos los foros internacionales y, en paralelo, en
su última aparición pública, alertó sobre las deficiencias del modelo
Milei.
Los otros dos grandes afectados son la ALUAR y Acindar, que
se pasó la mayor parte del año parada por la crisis económica y la caída
de la demanda. Por estas horas, algunos especulaban con que esta última
empresa tiene la doble vía: su accionista mayoritario, el grupo Arcelor
Mittal, tiene plantas de acero redondo en Brasil, de donde podría traer
producto para compensar la caída interna. Pero el golpe al empleo está
en el eje. En paralelo, si bien en la UIA esperan moderar el discurso de
la celebración del Día de la Industria, avisan que "esto que vemos no
es un cambio de modelo económico, es un cambio de paradigma muy
delicado, hay que ver quiénes y cómo sobreviven". Naturalmente, pesan
costos y beneficios de un gobierno que les cumple algunos sueños y que,
además, no se pone colorado al hacerlo: el viernes, en el debut del
streaming del Ministerio de Hacienda, el director del BICE Felipe Nuñez
no sólo invitó a Caputo, sino que presentó como un expertos en temas
fiscales a Liban Ángel Kusa. Socio del estudio Brouchou y Funes de
Rioja, Kusa no sólo sonó para estar al frente de AFIP, sino que es el
autor del capitulo fiscal y parte de laboral de la Ley Bases.
En la
otra esquina, con una visión diferente, el gobernador bonaerense Axel
Kicillof armó, por la tarde del lunes, una especie de contracumbre del
Día de la Industria, con una celebración en una fábrica de Ituzaingó que
también contará con pesos pesados de la actividad y donde se mostrará
la verdadera cara de la producción, hoy. Como es ya habitual, el think
tank más afín a gobiernos liberales, IDEA, mira la actualidad con un
prisma diferente a los que creen que la crisis es seria. En su encuesta
anual, que se publicó esta semana, 9 de 10 empresarios consultados
aseguraron que el año que viene la economía estará "moderadamente mejor"
o "mucho mejor". Pero lo más inquietante es que ya hay 5 de 10 que
creen que este año es mejor que el anterior en materia de actividad.
Santiago Mignone, el ex PWC que comanda IDEA, fue un paso más allá y se
entusiasmó con que "ni con Macri hubo tanta expectativa". Mientras,
sigue la dispersión de cifras de apoyo a Milei: sorprendió por estas
horas Giaccobe, consultora afín al Gobierno, reportó el tercer mes
consecutivo de caída en su imágen y una estabilización de la negativa en
niveles elevados. Algún pícaro bromeó este viernes sobre que, en el
marco del inicio de un país que importará casi todo, "hasta el
viceministro de Economía viene de afuera". Es que arribó recientemente a
Hacienda el chileno José Luis Daza, ex JP Morgan y ex socio del jefe de
asesores de Milei, Demian Axel "Satanás" Reidel, en un fondo de
inversión en Nueva York. A Daza le prenden velas para que logre lo que
Caputo no pudo: aflojar tensiones con el Fondo Monetario (FMI). Quien
fuera asesor del candidato de ultra derecha chileno Antonio Kast,
auto-vendió poderío e influencias en el organismo, pero la primera
noticia que tuvo de las filas de Kristalina Georgieva es que "no hay
mandato político para mover plata hacia Argentina". Da la sensación de
que la suerte de Milei, en ese frente, está echada, razón por la cual el
presidente empezó a decir que Argentina no necesita dólares. Caputo,
por su parte, se juega un pleno a un salvataje de Arabia Saudita. Daza
reemplazó en el cargo a Joaquín Cottani, el último bastión del
menemismo-cavallismo que quedaba dándole apoyo a un Milei que intenta
recrear noventismo. Con menos publicidad, algo de los ´90 quedaba, pero
fue arrasado por la interna oficial: Mariano Mirotti, fue secretario de
Concesiones hasta hace dos días -se eliminó la cartera para darle más
poder a Toto Caputo en las privatizaciones- y trabajó con Menem y De la
Rua. El ex jefe de asesores de Carlos Bastos, el secretario de Energía
de las privatizaciones, recibía recomendaciones constantes del PRO para
apoyar a empresas. El último caso, la intentona de Mauricio Macri de
volver a acercar a Boskalis Internacional para competir con la belga Jan
De Nul en la hidrovía. Este diario contó que el líder PRO quiere que
Guillermo Dietrich maneje ese negocio, y es él quien tiene el contacto
con la empresa de capitales holandeses. Boskalis, que durante el
macrismo ya quiso entrar tiene, además, un lobby fundamental: el de la
reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, con contactos con la empresa y una
amistad de años con el ingeniero calabrés.