El río sin medidas
El gobierno del Paraguay decidió sumar, oficialmente, el concurso de militares norteamericanos a lo que también ellos llaman "Hidrovía". Se sigue demorando la ejecución y puesta en servicio del Canal Magdalena, obra ya imperativa que tendrá extraordinaria importancia para la Provincia de Buenos Aires que gobierna Axel Kicillof, y cuyo llamado a licitación es resistido por el sector agroexportador. Por Mempo Giardinelli. Mapa tomado de "Argentina sangra por las barrancas del río Paraná" (Luciano Orellano). Si la Soberanía Nacional es siempre asunto complejo, la última semana se agregó algo más: el gobierno del Paraguay decidió sumar, oficialmente, el concurso de militares norteamericanos a lo que también ellos llaman "Hidrovía". Así, la elaboración de un plan maestro para navegación del río Paraguay (que desemboca en el Paraná en la chaqueña Isla del Cerrito, a la que todos los estudios y análisis llaman "punto de confluencia") se hará con "apoyo técnico del cuerpo de ingenieros militares de los Estados Unidos".
Esto se veía venir desde hace mucho, si bien hasta ahora todo lo
relacionado con la continuidad hídrica Paraná-Paraguay dependía más bien
de las indecisiones argentinas respecto del control y gestión del río y
la puesta en marcha del Canal Magdalena. Lo que podría desembocar en
otra maliciosa tanda de licitaciones como desde hace 30 años.
Eso
explicaría, por cierto, la presencia reciente de la poderosa empresa
holandesa de dragado Boskalis, (ya mencionada en esta columna hace dos
semanas) que estaría poniendo en marcha un lobby para dominar el negocio
y con la pretensión de coordinar dragados, puertos y agroexportadoras.
Todo
esto sigue demorando la ejecución y puesta en servicio del Canal
Magdalena, obra ya imperativa que tendrá extraordinaria importancia para
la provincia que gobierna Axel Kicillof, y cuyo llamado a licitación es
resistido por el sector agroexportador.
Así las cosas, la presencia
norteamericana en los 542 kilómetros de río bajo soberanía paraguaya
ahora también entraría a tallar. Acaso por eso a estas horas en Asunción
es vox pópuli que Paraguay y Estados Unidos suman ingenieros militares
en la construcción del tramo paraguayo de la llamada "hidrovía".
El
río Paraguay nace en la región brasileña de Mato Grosso do Sul, de donde
baja cruzando el llamado Gran Pantanal, luego hace parte de la frontera
de Brasil con Bolivia, y al cabo ingresa en territorio paraguayo de
Norte a Sur y bajo exclusiva soberanía del gobierno de Asunción. Por
donde también pasa antes de hacer frontera entre Argentina y Paraguay
desde que recibe por la margen derecha a uno de sus grandes afluentes:
el río Pilcomayo, que se constituye en frontera norte de la República
Argentina. Desde allí baña las costas de la provincia de Formosa hasta
que se encuentra con el torrentoso río Bermejo que viene del Norte
salteño y que a lo largo de 1000 kilómetros y con fuerza fabulosa recibe
al Paraguay y desemboca sobre la margen derecha del Paraná en la
chaqueña Isla del Cerrito, frente a la correntina Paso de la Patria. Ése
es el punto llamado "de confluencia", desde el cual y por 1238
kilómetros el río Paraná es de exclusiva soberanía argentina aunque
irregular desde que hace unos 30 años y por cipaya decisión del entonces
presidente Carlos Menem el río fue de hecho privatizado. Y hoy es,
junto con el Canal Magdalena, el mejor recurso de liberación de deuda
que tiene la Argentina, infelizmente taponado.
El reciente acuerdo
asunceño lleva las firmas del canciller guaraní Julio Arriola y del
embajador norteamericano Marc Ostfield. El memorándum de entendimiento
se basaría en un plan maestro para la navegabilidad del río Paraguay en
base a estudios diseñados y ejecutados por el cuerpo de ingenieros de
los Estados Unidos.
En ese contexto, el Paraná de jurisdicción
argentina que nace en la mencionada Isla del Cerrito, desde allí se
llama "Alto Paraná", deja de ser binacional y desemboca en el Río de la
Plata. Por todo lo cual y mucho más es infame que hoy esté completamente
concesionado a empresas extranjeras.
En su libro "La Argentina
sangra por las barrancas del Río Paraná", uno de los mejores conocedores
del río, el rosarino Luciano Orellano, lo describe como "un ri?o de
agua dulce, navegable los 365 di?as del an?o, y de gran calado, lo que
permite penetrar al corazo?n de Ame?rica del Sur". En total recorre
4.880 kilómetros, con lo que es el 5º río más caudaloso y el 6º más
largo del mundo.
Lo que verdaderamente está en los planes de
Washington, obvio, no se conoce, pero sí se ha dicho en Asunción que no
vienen a instalar estrictamente una base militar sino "un destacamento
en el que se alojarían los soldados estadounidenses en las inmediaciones
de la Hidrovía". Claro que todas son suposiciones, pero importa
subrayar que el anuncio se produce justo un mes antes de las elecciones
presidenciales paraguayas, que según informes periodísticos locales hoy
estaría encabezando alguna candidatura de izquierda.
Las confusiones
en esta materia, como siempre en política, son innumerables y acaso
ninguna casual. Por eso, también, nada de lo que atañe al Canal
Magdalena garantiza hoy que la obra se concrete. Todo lo que se sabe al
cierre de esta nota es que:
1) Se dice que "se licitará la obra
de apertura, y cuando ésta comience, será el turno del balizamiento. La
selección del contratista para el mantenimiento del canal quedará para
el próximo gobierno".
2) La obra que se llevará a cabo es la acordada
con Uruguay en el seno de la Comisión Administradora del Río de la
Plata (CARP). "No nos podemos mover un milímetro de este parámetro",
señaló Hernán Orduna, vicepresidente del Ente Nacional de Control y
Gestión de la Vía Navegable (Ecovina).
3) Orduna recordó, además, que
en su momento Uruguay pidió 45 estudios sobre la traza navegable, los
que fueron cumplimentados en su totalidad, por lo que "la tarea antes de
licitar la obra ya está realizada".
4) También informó que en una
primera etapa se licitará la obra de apertura, y cuando ésta comience,
será el turno del balizamiento.
5) El tiempo estimado de obra será de
21 meses, aunque las experiencias de trabajos anteriores de dragado
muestran que podría ser mucho menor.
6) El Canal Magdalena además de
ser la vía natural de acceso hacia y desde el Río de la Plata, cuenta
con ventajas técnicas que permitirán que grandes buques ingresen al río o
salgan al Atlántico con mucho mayor seguridad y mejor conexión.
7)
El Canal permitirá que todos los puertos bonaerenses se desarrollen
asegurando una mayor y mejor conectividad para abastecer a los buques y
asegurarán el fuerte desarrollo económico de zonas cercanas a Punta
Indio, General Lavalle y otras.
8) Es una afirmación fundamental de
Soberanía, porque asegurará una conexión entre el litoral fluvial y
marítimo hasta la Antártida como hoy no se tiene.
9) Los beneficios
económicos, logísticos y geopolíticos del Canal multiplicarán la
generación de riqueza en la Provincia al integrar áreas geográficas,
mejorar la distribución del ingreso y generar puestos de trabajo.
10)
Además la obra se pagará sola desde su inicio, y las empresas
nacionales con dragas de bandera argentina tendrán un colosal efecto
multiplicador.
11) Una vez operativo el Canal, de inmediato se
abatarán fletes, se navegará de forma más segura y se acortarán los
tiempos de navegación. Y todas las obras se harán con mano de obra
argentina igual que todos los servicios a buques.
12) También el canal mejorará los tiempos de navegación, la fluidez del tráfico y el valor real de los fletes.
Todo
esto se sabe, aunque nada garantiza que la obra se haga realmente, ni
cuándo ni con qué administración. La soberanía, pues, seguirá esperando y
no debe descartarse que el pueblo argentino pueda ser estafado una vez
más.
Tal la importancia decisiva que tiene este río para la soberanía de la Argentina.