Etiquetado Frontal
Etiquetado frontal: cómo los supermercados evitan exhibir los sellos negros. La Fundación Interamericana del Corazón Argentina relevó negocios: más del 80% no pone los productos con el octógono visible. Ya venció la prórroga para grandes empresas pero hay poco cumplimiento. Las estrategias de la industria para "contrarrestar" las advertencias que dicta la ley. Por: Gabriela Figueroa @gabrielitafi. Los octógonos negros con grandes letras blancas de advertencia que por ley deben alertar si en los productos o bebidas hay exceso de sodio, grasa, azúcar o edulcorantes se ven poco en los supermercados. Si bien se perciben algunas etiquetas más que hace seis meses, su cumplimiento va más lento de lo pautado, con resistencias empresariales y artimañas de packaging. Ya sea una cadena grande o un comercio barrial, cuando se va al sector de bebidas, las botellas de gaseosas parecen conservar el viejo etiquetado. Pero si se gira el envase, en muchos casos se encuentra detrás la información que la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable ordena difundir.
La confusión es grande: la norma se promulgó el 12 de noviembre de
2021, fue reglamentada el 22 de marzo de 2022 pero las grandes empresas
obtuvieron una prórroga de 180 días para implementarla. Ese plazo se
venció el 16 de febrero. Y para la pymes alimenticias se vencía el 20 de
febrero, aunque todavía tienen derecho a una prórroga. Sin embargo, no
existe información oficial y clara respecto del cumplimiento de la ley
conocida como de Etiquetado Frontal. No se sabe cuáles son las grandes
empresas que pidieron la prórroga y las que no, ni cuáles incumplen.
Tampoco hay información sobre cuáles pymes solicitaron esta excepción.
No se conoce cuántas sanciones se aplicaron y por qué montos. Ni hay
información acerca de la cantidad de stock, lo que es vital ya que la
ley permite que todo lo producido durante el período de prórroga pueda
exceptuarse del etiquetado.
La función del etiquetado frontal
La
Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina impulsa el
desarrollo de la alimentación saludable como factor clave de prevención
de enfermedades, en un país donde más de la mitad de su población tiene
exceso de peso. Durante enero y febrero realizó un relevamiento donde
hallaron que más del 80% de los supermercados no tienen los productos
con el sello visible a los consumidores. “Para la evaluación
seleccionamos seis supermercados de Capital Federal de distintos
barrios, tanto grandes cadenas como comercios de cercanía, para
garantizar que se abarque la mayor cantidad de productos y de marcas
posibles. –remarca Leila Guarnieri, nutricionista e investigadora de
FIC–. Consideramos aspectos propios del punto de venta que tienen que
ver con la disposición en la góndola de los productos y si los sellos se
encuentran visibles, sin que sea necesario mover el envase”.
También
verificaron si los sellos cumplen con el tamaño y la ubicación correcta
en cada envase así como las estrategias de marketing. “Nos fijamos si
hay presencia de logos en las etiquetas con aval de sociedades médicas
porque eso está regulado, también la declaración obligatoria de azúcares
totales y añadidos, que es un punto que se agregó al Código Alimentario
Argentino”.
Los incumplimientos que se encontraron fueron diversos:
“detectamos que en el 83% de los comercios relevados, los sellos de los
productos no se encuentran visibles al consumidor. Tiene que darlos
vuelta o tomar el producto de la góndola, sobretodo tratándose de
frascos y gaseosas”.
Otro aspecto fue el de las promociones:
“aquellos productos que, por ejemplo, tienen 15% de descuento o 50% en
la segunda unidad, no pueden tener el sello. Está en la ley que no se
puede”. En el 67% de los casos detectaron este tipo de promociones en
envases que tenían sellos de advertencia. Sobre todo aquellos que
estaban cerca de vencerse.
Exhibir los sellos es fundamental para que
la población elija con toda la información a mano qué prefiere comprar.
En Chile la norma lleva más de 6 años: el 92% del público aseguró
prestarle atención a los octógonos, y el 25% bajó su consumo de bebidas
azucaradas. Aquí el Ministerio de Salud enfatiza que no tienen por qué
caer las ventas de las marcas, sino que la mayoría puede reconvertirse.