Alquileres: Crisis ocupacional
Crisis ocupacional: alquileres temporales afectan el acceso a la vivienda. En el tercer trimestre de 2022 se ofrecieron un 30% menos de propiedades. En paralelo, los alquileres temporarios crecieron un 19% en los últimos 3 meses. Por Victoria Lippo. El acceso a la vivienda es una problemática en ascenso en Argentina, y en especial en las grandes ciudades. El encarecimiento y la menor oferta plantean un escenario sobre el que se agrega la proliferación del alquiler temporal, que ofrece una mayor rentabilidad mientras que las leyes vigentes piden la registración, pero no proponen penalidades. Según un informe realizado por Argenprop en el tercer trimestre de 2022 se ofrecieron en alquiler un 30% menos de propiedades que en el mismo período del año anterior.
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Otro
dato que se desprende del relevamiento es que sobre el total de
unidades en alquiler se redujo significativamente la proporción de
viviendas usadas, que pasaron a representar el 87,6% del total. Desde el
Ministerio de Hacienda y Finanzas de CABA señalaron que incrementaron
su participación en un 10% las unidades a estrenar.
En paralelo, se
registraron aumentos que duplicaron las cifras del año anterior: en el
caso de los monoambientes, los aumentos alcanzan el 103%, mientras que
para los departamentos de dos ambientes ascienden a un 95,2% de suba
interanual.
Estos indicadores explican en parte las dificultades de acceso a la vivienda que se viven en varias ciudades del país.
Desde
Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, aclaró a Ámbito que las
dificultades de acceso a la vivienda abarcan a más de la mitad de la
población porteña: “Se podría decir que hay un 65% que tienen
dificultades para acceder a la vivienda”.
También señalan que el
déficit poblacional se presenta en múltiples dimensiones. Según
comentaron desde la entidad, el 40% de la población de la Ciudad son
inquilinos, mientras que el 15% vive en villas y el 10% en hoteles. En
esta coyuntura intervienen una multiplicidad de variables que suman al
déficit habitacional que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires pero
también muchas otras ciudades del país. La inflación, la pérdida de
poder adquisitivo del salario y la ley de alquileres son dos de los
elementos generalmente señalados a la hora de detallar las dificultades
de acceso a la vivienda.
Según un informe de la consultora PxQ, el
peso del alquiler en el salario privado volvió a crecer a partir de
julio de 2022. Considerando el promedio de CABA, el alquiler representa
en 48% de un salario promedio, por encima de lo que representó en el
período de 2012-2015 (un 41%) y entre 2016 y 2019 (un 42%).
Sin
embargo, legisladores porteños y organizaciones de inquilinos traen a la
discusión la irrupción de un nuevo actor: las plataformas de alquileres
temporarios.
Desde Inquilinos Agrupados difundieron esta semana la
expansión del alquiler temporario, sobre todo en el corredor que abarca
las zonas más ricas de la ciudad.
Desde septiembre de 2022 a partir
de la sanción de la Ley 6.625 es obligatorio registrar las viviendas
dispuestas para alquiler temporario. Sin embargo, hasta el día de hoy,
hay casi 300 viviendas inscritas de un total estimado que supera las
20.000 viviendas ofertadas en plataformas con ese fin. Entre ellas se
encuentran más de 17.000 viviendas completas, 1.996 habitaciones y 106
habitaciones de hotel. Además agregan que en los últimos 3 meses la
oferta aumentó un 19%.
El legislador porteño Manuel Socías destacó en
diálogo con Ámbito que no se trata de un problema de la norma en sí,
sino que apunta que la dificultad es que “no se prevén sanciones” para
quienes no registren la propiedad o para las plataformas que las oferten
a pesar de no estar registradas.
Según Socías, la problemática del
déficit habitacional tiene en parte como raíz que el sector privado
inmobiliario construye para satisfacer la demanda de dólares, y no la
demanda de vivienda. Y parte de la explicación de esto radica en que en
la economía quedaron pocos vehículos para acceder a dólares.
Segun el censo de 2010 en la ciudad de Buenos Aires habia cerca de 340.00 viviendas ociosas.
La
necesidad de revisar la distribución de la vivienda tiene como razón el
caudal de demanda de alquileres: “La tasa de inquilinos hoy es del 20%
en Argentina y eso fue creciendo en los últimos años de forma muy
acelerada, en un mercado de alquileres desregulado y que es informal.
Hay muy poca registración de los contratos de alquiler en Argentina”,
señaló Socías. La necesidad de revisar la distribución de la vivienda
tiene como razón el caudal de demanda de alquileres: “La tasa de
inquilinos hoy es del 20% y eso fue creciendo en los últimos años de
forma muy acelerada, en un mercado de alquileres desregulado y que es
informal. Hay muy poca registración de los contratos de alquiler en
Argentina”, señaló Socías.
El legislador remarcó que lo que está
pasando en Buenos Aires es que se registra un progresivo y acelerado
aumento de alquileres turísticos temporarios y se retrae la oferta de
propiedades del mercado de alquiler residencial permanente y se vuelca
al turístico temporal.
El problema es la rentabilidad
“Eso tiene
dos problemas, que se retrae la oferta permanente por una razón muy
básica que es que la rentabilidad anual promedio del alquiler turístico
temporario es entre tres y cuatro veces más grande que la rentabilidad
de un alquiler residencial permanente”.
El problema de la
rentabilidad ya fue alertado. Según la consultora PxQ, la caída del
rendimiento del alquiler tradicional impulsa a la búsqueda de una mejor
tasa de ganancia.Si se suma que por el tipo de cambio, Argentina es muy
barata para turistas extranjeros, la oferta busca ese mercado.
“Si se
compara el rendimiento anual de un alquiler tradicional y diferentes
alternativas de alquileres temporarios en función del valor actual de
las propiedades en Recoleta y Almagro, es evidente la conveniencia de
una alternativa de negocio frente a la otra”, agrega el informe.
Medido
al tipo de cambio contado con liquidación, la rentabilidad de alquilar
un departamento de dos ambientes es del 2,6% anual. Antes de 2018 se
ubicaba en el 5% y en 2006, en el 9%.
Ahora si miramos el rendimiento
anual de un alquiler en el barrio porteño de Recoleta por 10 días es
del 4%, asciende todavía más si se alquila por 15 días y se ubica en el
6% y para el alquiler por 20 días se calcula que es del 8,1%.
En el
caso del barrio de Almagro, el rendimiento del alquiler tradicional es
del 2,6% anual, pero para los alquileres temporarios por 10, 15 y 20
días, el rendimiento anual asciende al 3,6%, 5,4% y 7,2%
respectivamente.
“El total de metros cuadrados en alquiler
tradicional en CABA está en mínimos históricos. Este fenómeno está
relacionado con el bajo rendimiento que genera para el propietario, como
ya se analizó previamente”, concluyen en el informe.
“Hay un problema de incentivo muy fuerte”, sentencia Socías.
Otro
problema que subraya el legislador que se desprende del crecimiento del
alquiler temporario es la dolarización del mercado de alquileres: “La
referencia del mercado de alquileres en general se empieza a fijar en
dólares. Entonces ahora es habitual ver ofertas de alquileres
permanentes en dólares. Por supuesto también tiene que ver con la
inflación”.
Socías remarca que la problemática del alquiler
temporario no es local. “A nivel global lo que ocurre es un debate en
todos lados sobre el tema, en Europa, Estados Unidos, México, Colombia.
Lo que se está haciendo no está funcionando.
El legislador señala que
el primer desafío está en la registración y argumenta que “algunas
ciudades restringen el número de días que pueden estar disponibles las
propiedades en las plataformas, algunas están prohibiendo la existencia
de multipropietarios, es decir inversores que compran en conjunto
propiedades para volcarlos directo al mercado de alquiler temporario”.
¿Cuáles son las soluciones posibles?
Para
Socías, existen dos opciones: “Una prohibicionista, que es salir a
combatir Airbnb, y la otra es trabajar sobre el mercado de alquileres
residenciales permanentes para recomponer la rentabilidad. Ahí hay que
trabajar sobre la estructura de costos del propietario, que son las
tasas municipales, los impuestos nacionales, y los impuestos a las
ganancias u otros tributos. Creo que hay que explorar la posibilidad de
que aquellas propiedades que vuelvan y formalicen los alquileres y
respeten el sistema de referencia de precios para ir bajando la inercia,
a esos se les podría ofrecer algunos beneficios en referencia al pago
de bienes personales o ganancias”.
“La otra es trabajar con un
esquema de subsidiar la demanda, ayudar a los inquilinos a pagar cuotas
del alquiler o subsidiar la oferta, que el estado le pague al
propietario una suerte de cuota trece”.
Otra opción que ve posible es
pensar un crédito a tasa subsidiada para el ingreso de los inquilinos y
otro para el propietario, para la puesta en valor de la propiedad una
vez terminado el contrato.
Ley de alquileres
A diferencia de las
críticas habituales, Socías no ve que el problema sea motivado por la
Ley de Alquileres: “La Ley de Alquileres es como el aloe vera, se le
atribuyen nuevas consecuencias todos los días. Yo no creo que haya una
causalidad tan directa en términos del efecto entre la ley y eso. Si que
fue producto de una campaña tremenda contra la Ley por la retracción
del mercado de alquileres. Lo que creo que pasó producto de esta campaña
fue un fenómeno de las expectativas de los propietarios de retirar las
propiedades porque ‘la ley es muy mala’. La ley tiene problemas pero no
es una mala ley, primero porque instaló en el debate público la
necesidad de pensar el tema de los alquileres como un problema y puso
tres o cuatro situaciones que están bien. Que los alquileres están
registrados, puso un coeficiente de actualización que está bien, que
acompaña a la inflación, pero no permite que se desbanden”.
Sin
embargo señala que la ley tiene un problema “de enfoque. Hay que
trabajar más sobre el lado de los incentivos que sobre el lado
punitivo”.
“Hay que reorientar la política habitacional pública a la
producción de un stock de viviendas públicas de alquiler, introducir
viviendas que sirvan como precio testigo para armonizar los precios del
mercado de alquileres”.
“El problema de la vivienda se soluciona por el lado de la oferta, como quien para quien se construye”, concluyó.