D’Alessandro: el vocero elegido
D’Alessandro: el vocero elegido para afrontar una crisis que obligó a Larreta a romper el silencio
La cadena presidencial impactó en el gobierno porteño. Los magistrados señalados le dejaron la vocería al ministro de Seguridad, que habría sido víctima del robo de los datos de su celular. Incomodidad en el gabinete capitalino y la aplicación del método que habían pactado en Telegram para revertir la carga de la prueba. Por: Claudio Mardones. Desde el viernes, el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, transita otro momento espinoso de su carrera política. Este lunes lo obligó a su jefe político, Horacio Rodríguez Larreta, a respaldarlo públicamente.
«Hablé con él y confío en sus palabras: como hemos hecho siempre, él y
todos los funcionarios de la Ciudad están a disposición de la Justicia
para lo que ella disponga», escribió el alcalde para rechazar cualquier
versión sobre su renuncia y contener las críticas del Frente de Todos,
cuyos dirigentes reclaman su cabeza, en el arranque de un caso con
consecuencias políticas imprevisibles pero un derrotero judicial
intrigante. Según contó el funcionario en una entrevista radial, hace
tres días que está al tanto de la filtración del chat de Telegram que lo
incomoda. Allí aparece como uno de los integrantes del grupo armado por
jueces, fiscales y el titular del Grupo Clarín, Jorge Rendo, para
afrontar las consecuencias públicas de una nota del diario Página 12. El
texto publicado el 17 de octubre revela que los participantes de ese
chat viajaron en un avión privado a Lago Escondido, Río Negro, donde el
magnate británico Joe Lewis tiene una mansión donde se alojaron los
viajeros. Es en la misma zona donde el empresario fue denunciado por
ocupación ilegal del camino de sirga que rodea al lago y de apropiarse
ilegalmente de todo el espacio lacustre. Allí se concretó un encuentro
secreto y desde entonces no hay precisiones sobre la cantidad de
participantes ni los temas que hablaron. Cuando se conoció, la noticia
tuvo poco impacto. Pero ese mismo día comenzó a funcionar el grupo de
Telegram, cuyos rastros fueron filtrados. El escándalo que desató la
filtración puso a D’Alessandro en el centro de la escena. No sólo por su
relevancia sino porque el resto de los implicados, según pudo confirmar
Tiempo, lo designaron como el vocero encargado de afrontar la crisis.
El funcionario habría sufrido el robo de los datos de su celular a
través de la técnica de SIM swapping, que consiste en acceder a un chip
de celular a nombre de otra persona haciéndose pasar por ella.
El
escándolo explotó además en un momento en que el larretismo tenía puesta
toda su atención en la sentencia judicial de la denominada Causa
Vialidad, que se conocerá este martes seis de diciembre, y que tiene
como principal protagonista a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Hace
un mes, cuando el caso no había sumado relevancia y no había
conocimiento de un grupo de chat al respecto, algunos funcionarios
porteños ya se preguntaban qué hacía D’Alessandro en una reunión a 1200
kilómetros de la Ciudad, organizada con un vuelo privado y que se
conoció por una primera filtración clave: la hoja de vuelo del charter
privado que fue pagado por el Grupo Clarín.
Ahora que el escándalo
esta en pleno desarrollo, algunos funcionarios desconfiados se preguntan
quiénes más estaban en el encuentro. Los consultados creen que estuvo
el expresidente Mauricio Macri, pero hasta ahora no hubo indicios de su
presencia en la residencia que posee su amigo Lewis.
Obligado a
romper el silencio, por la exposición pública del caso, el ministro
porteño puso en práctica uno de los puntos que se menciona en el grupo
de chat: señalar que fueron espiados ilegalmente y no entrar en detalles
sobre la naturaleza secreta de la reunión ni sobre la relevancia de los
protagonistas. «Primero y principal quiero dejar bien claro que es una
operación que empieza el viernes y toma volumen ayer, donde de forma
falsa e ilegal se realiza un posteo de un supuesto grupo con supuestas
charlas, con cosas editadas y armadas», sostuvo D’Alessandro. Consideró
el hecho como «algo muy peligroso que daña a la instituciones con el
único fin de dejar entrever como que hay una relación entre ciertos
lugares de poder para generar el lawfare y afectar a los que ellos
denominan la jefa», dijo D’Alessandro. Parte de esas declaraciones las
plasmó en un tweet donde articuló su primera autodefensa pública: «Por
supuesto voy a hacer la denuncia penal para que los responsables de esta
canallada reciban la condena que merecen delincuentes de su calibre. Se
les acabó la impunidad». «La verdad es que es muy peligroso y nos
encuentra a todos en la misma vereda. Esto le cabe a cualquiera. No
puede ser que surjan unos supuestos chats de forma absolutamente ilegal,
que se va a comprobar que están editados y que hay cosas que no
existieron», vaticinó el funcionario en el diálogo con Radio Mitre. En
su entorno no ofrecieron más detalles que la entrevista que concedió a
la emisora del Grupo Clarín. Según confiaron en el gobierno porteño,
D’Alessandro tuvo una reunión con Rodríguez Larreta antes de mandar su
primer tweet. Habría tenido otra durante la tarde, cuando el alcalde
decidió salir a defenderlo. Entre un encuentro y el otro el presidente
Alberto Fernández protagonizó una inusual cadena nacional que impacó de
lleno en la sede vidriada del Parque de Los Patricios.
«No dejo de
advertir que lo que ha trascendido es, aparentemente, el resultado de la
intromisión en una plataforma de comunicación. Pero eso no es obstáculo
para indagar cuál ha sido el propósito de ese viaje. Quiénes
participaron del mismo y quién financió el traslado y hospedaje de los
viajantes. Ese hecho se habría verificado con antelación al momento en
el que los integrantes del grupo «Operación Página 12? se inquietaran
por la difusión de la noticia y dialogaran en ese sitio digital buscando
quedar impunes», dijo el presidente, antes de anunciar una de las tres
medidas que peor cayó en la Ciudad: que el ministro de Justicia, Martin
Soria, se presente «ante el Ministerio Público Fiscal, a fin de
solicitar se investiguen penalmente a los hechos relacionados al viaje
en cuestión, en especial, su financiamiento».
También dijo que
buscará que el Consejo de la Magistratura investigue a los magistrados
involucrados, pero el organismo está paralizado. Además sostuvo que el
bloque del oficialismo en la Legislatura porteña analice la posibilidad
de pedir el juicio político contra los funcionarios porteños
involucrados, pero el FdT no tiene los números para intentar la remoción
de D’Alessandro, ni del fiscal general porteño Juan Bautista Mahiques.
En
el chat cada uno de los integrantes aparece planificando una
autodefensa pública que los victimice y también hablan de falsificar
pruebas para negar la existencia del vuelo privado. Del viaje
participaron el juez federal Julián Ercolini, su par de Casación y
exministro bonaerense de Cambiemos, Carlos Mahiques, su hijo Juan
Bautista, el juez contensioso Pablo Cayssials, su par penal en lo penal
económico Pablo Yadarola, el empresario dedicado a campañas digitales,
Tomás Reinke y Leo Bergroth, que estuvo al frente del área jurídica de
la exSIDE, cuando su director general de operaciones era Antonio Horacio
«Jaime» Stiuso, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.