La jueza Capuchetti detuvo a Brenda Uliarte
La jueza Capuchetti detuvo a Brenda Uliarte, la novia del agresor Fernando Sabag. Por Raúl Kollmann y Irina Hauser
El juzgado de María Eugenia Capuchetti evaluaba anoche la hipótesis de que Fernando Sabag no actuó solo, sino como parte del grupito que lo rodeaba. En ese marco, decidió la detención de Brenda Uliarte, la novia de Sabag, que además convivía con él. Quedó detenida a las 22.35 en la estación Palermo del tren San Martín por agentes del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA). De acuerdo a la información que surge de las cámaras de seguridad, el jueves a la noche también ella estuvo en la esquina de la casa de la Cristina Fernández de Kirchner, Juncal y Uruguay.
MIentras estuvo en libertad, la joven tuvo una aparición televisiva
donde negó cualquier relación con el atentado, aseguró que no sabía que
en la casa donde convivía con Sabag había una caja con balas escondida y
hasta desmintió ser su novia. En un vivo por sus redes sociales, pocas
horas antes de ser detenida, Uliarte dio a conocer sus ideas políticas.
“No hay reconciliación con los corruptos. No,chicos. Basta de
corrupción, sea de quien sea, de cualquier bando político. Basta de la
corrupción. De cualquier país, de donde sea. Basta de corrupción”,
afirma en voz baja,. Después cita a Javier Milei y llega a afirmar que
la pistola que Sabag utilizó en el ataque "era de agua".
Después del
vivo, borró toda su actividad en las redes, aunque ya se había difundido
que seguía en ellas a Milei, todo lo relacionado con su partido La
Libertad avanza y personas y organizaciones ligadas al ultraliberalismo.
Brenda Uliarte, en el momento de ser detenida.
Antes
de ordenar la detención de Uliarte, los funcionarios judiciales le
tomaron declaración a Mario Borgarelli, un belicoso amigo del atacante.
El sentido de sus dichos fue que Sabag “es el boludo del grupo. Hace
cosas por hacerse notar. Sí, sí, lo creo capaz”, dijo Borgarelli en el
juzgado. Pero la magistrada y el fiscal Carlos Rívolo piensan que
quienes rodeaban a Sabag no fueron ajenos a lo que ocurrió e incluso
está la versión de que alguno del grupo aparece en la zona de Juncal y
Uruguay.
El celular, una pieza clave
Para esclarecer lo que hubo
detrás de la tentativa de asesinato, el celular es una de las claves.
Una parte de los peritos de las fuerzas de seguridad dicen que la
información no se va a poder recuperar y otra parte dice que sí. Tal vez
no toda la información, en especial podrían no recuperarse los audios
pero sí las llamadas de Telegram, un sistema que Sabag utilizaba.
Página/12
adelantó el sábado al anochecer, en exclusiva, que la Policía de
Seguridad Aeroportuaria (PSA) puso en un acta que el Samsung A50 le
llegó en un sobre abierto y con el aparato encendido en modo avión y que
cuando se puso en el sistema UFED para desencriptar el aparato,
apareció una leyenda que significa “teléfono reseteado de fábrica”. O
sea, que el celular estaba vacío. Lo publicado por este diario provocó
auténtica conmoción.
El grupito de neonazis antiperonistas
La
jueza estableció a las 18 de este domingo el secreto de sumario. Síntoma
de que se estaban por producir noticias de importancia: la versión
indicaba que Capuchetti ordenó la citación de Brenda, la novia y
conviviente de Sabag, tal como finalmente ocurrió.
La hipótesis no
es que en la tentativa de asesinato participó una gran organización,
pero sí ese pequeño grupo de personas que exponían su odio al peronismo,
al kirchnerismo, a los planes sociales, todo mezclado con elementos de
neonazismo.
El ataque contra la vicepresidenta tiene ingredientes de
improvisación asombrosos: un tirador que no movió bien hacia atrás la
corredera y por eso la bala no se ubicó en la recámara; la pistola es de
los años 60 y perteneció a un vecino de Sabag, los proyectiles se
compraron en 1999. O sea, el grupo no era sofisticado, pero no se
descarta que “le hayan llenado al cabeza al boludo al que le hacían
bullying”, describieron los investigadores.
Un punto importante es
que la jueza y el fiscal necesitan acceder cuanto antes a los celulares
de todos los que tenían relación con Tedi, como lo llamaban. Es que hay
que averiguar si el aparato secuestrado es el único que usaba y cuáles
eran los intercambios.
Polémicas por las pericias fallidas
Desde
que este diario adelantó que el celular estaba vacío, la cuestión derivó
en fuertes polémicas. La jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal
Carlos Rívolo llamaron a declarar a todos los que intervinieron en las
pericias:
Camila Dafne Seren, de la PSA, dio a entender que
pudo haber un mal procedimiento. Es decir que al someter el aparato al
software UFED, sin la contraseña, el celular borró todo el contenido.
La PSA por supuesto deslindó responsabilidades porque planteó que el
Samsung llegó en un sobre abierto y con el aparato encendido en modo
avión.
La Policía Federal hizo el primer intento con un
dispositivo UFED el mismo jueves a la noche, pero no pudo acceder. Los
intentos, sin la contraseña, o el ingreso muy masivo con el UFED tal vez
produjeron el reseteo del celular. La PSA habla de “procedimientos
equivocados”.
El juzgado argumenta que después del intento de
extraer el contenido del celular, tarea que hizo la Federal en el propio
juzgado, Capuchetti mandó el aparato en un sobre abierto porque -según
sostiene- en ningún momento salió de manos de personal de confianza de
la jueza. Sin embargo, el secretario, que iba en el auto hacia la PSA en
Ezeiza, se bajó en el camino y a las 11 de la noche el aparato llegó en
manos de la cabo Priscilla Antonela Santillán, custodia de Capuchetti. O
sea, fue un traslado irregular, sobre todo teniendo en cuenta la
importancia de ese celular.
Tampoco el Ministerio Público dispuso de un perito que estuviera encima de todo lo que se hiciera.
Que se perdió por el mal manejo
La opinión sobre las consecuencias del mal manejo del aparato están divididas.
Se
recuperó la tarjeta de memoria marca Sandisk y la tarjeta SIM con
logotipo de Movistar. De allí sale información, sobre todo de llamadas
entrantes y salientes y algunas imágenes.
De las empresas prestadoras
sale también información sobre llamadas entrantes y salientes y, en
especial, de la localización del celular en cada caso. Esto es clave:
permitiría saber dónde estuvo Sabag en los días anteriores.
Si se cuenta con los celulares del resto de los integrantes del grupito, se sabrá si estuvieron juntos y dónde estuvieron.
No
está claro si se va a recuperar lo que hoy es decisivo: los mensajes y
llamadas de Whatsapp y Telegram. Esta última plataforma era la que Sabag
solía utilizar.
La vicepresidenta ya decidió que se presentará como
querellante para proponer medidas e intervenir en las pericias. Al
cierre de esta edición no había decidido quién la va a representar, pero
se mencionaba la posibilidad de que intervenga en su nombre un grupo de
letrados, no uno solo. La idea es que sean penalistas.
Cómo sigue la investigación
En
el juzgado siguen mirando las cámaras de toda la zona cercana a la
vivienda de CFK. Según habría señalado Capuchetti se ve a otro o a otros
integrantes del grupo en la zona.
La magistrada secuestró este
domingo el celular de Borgarelli y habrá que ver si surgen datos de ese
aparato. Hay un hecho real: tuvieron tres días para borrar la
información.
Lo mismo ocurre con la novia, Brenda. Públicamente dijo
que estaba sorprendida, que no sabía que Sabag tenía un arma y que
nunca vio las 100 balas guardadas en el departamento en el que
convivían. Parece difícil de creer: por eso la citan. La chica es una
verdadera incógnita y el grupito también.