Espionaje en YPF
El presidente Pablo González denunció que lo espían internamente y la "línea histórica" de la petrolera no hizo nada. La denuncia recayó en el juzgado de María Servini. El topo fue identificado como Alejandro Garofani y ya fue despedido. Pablo González tuvo que soportar presión de ejecutivos de planta permanente para no ir a la Justicia. El presidente de YPF, fue víctima de espionaje interno. Pablo González, denunció en la Justicia federal que fue víctima de espionaje ilegal dentro de la compañía petrolera que él encabeza.
Las maniobras de espionaje en YPF ocurrieron a fines de noviembre del
2021, pero la denuncia penal recién la presentó González en mayo del
2022 por que otros ejecutivos de la denominada “planta permanente” de la
empresa se negaban y recomendaban encarar la situación en secreto. La
causa finalmente recayó en el juzgado federal N° 1 a cargo de María
Romilda Servini. La denuncia que tramita Servini -y que González
ratificó en junio pasado- reveló que un empleado de seguridad de YPF,
responsable de las tareas de contrainteligencia interna establecidas por
protocolo en todas las empresas que cotizan en Wall Street, ingresó a
la oficina del presidente fuera del horario laboral y fotografió
documentos y revisó las pertenencias personales de González.
El topo
ingresaba a la oficina de Pablo González, presidente de YPF, fuera del
horario laboral. El topo fue identificado como Alejandro César Alberto
Garofani Mariscal y fue descubierto infraganti por un compañero, que lo
filmó mientras realizaban en conjunto las tareas bautizadas
internacionalmente como TSCM, por las siglas en inglés de “Technical
Surveillance Counter Measures”, que en español significa “Contramedidas
de Vigilancia Técnica”.