Acuerdo con el FMI
Acuerdo con el FMI: El oficialismo acepta modificar el proyecto de ley para sumar votos opositores. En contacto directo con el Presidente, Sergio Massa encabezó el diálogo con las bancadas opositoras en busca de consenso. A última hora, el Frente de Todos abrió la posibilidad de modificar el proyecto si se logran unificar posturas y si JxC garantiza su voto a favor. El plenario de comisiones para emitir dictamen está convocado para este miércoles. Por Miguel Jorquera. El presidente da la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en una imagen de la semana pasada, reunido con los jefes de bloques de Diputados para acordar el tratamiento del acuerdo con el FMI. Oficialismo y oposición intensificaron las negociaciones en busca de un acuerdo para que gran parte del abanico opositor acompañe la aprobación del acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda de 45 mil millones de dólares tomada por Mauricio Macri.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunió con
los representantes de los tres principales bloques de Juntos por el
Cambio: los legisladores del PRO, la UCR y la CC volvieron a plantear
cambios en el articulado del proyecto del Ejecutivo con la idea de
respaldar la financiación de la deuda sin tener que acompañar el
programa económico que se pactó con el FMI. “Así es invotable”,
advirtieron con un dejo de amenaza los popes del interbloque de JxC ante
las dificultades del Frente de Todos para sumar voluntades a favor del
acuerdo. Massa, que encabeza las negociaciones, buscaba sondear las
posturas del resto de los bloques opositores en contacto directo con
Alberto Fernández para analizar el cuadro de situación y terminar de
definir la estrategia legislativa. A última hora del martes, el
oficialismo abrió la posibilidad de modificar el proyecto si se logran
unificar posturas alrededor de un mismo texto para llevar al recinto y
si JxC garantiza su voto a favor.
La primera reunión
El desfile de
expositores ante el plenario de las comisiones de Presupuesto y de
Finanzas de Diputados culminó y aceleró el tiempo de definiciones.
Mientras dirigentes sindicales plantaban postura ante los diputados en
el Anexo de la Cámara baja, y mientras el acuerdo recibía también el
respaldo de los gobernadores, Massa recibía poco antes del mediodía en
su despacho del Palacio Legislativo a los popes del interbloque de JxC:
Mario Negri (UCR), Juan Manuel López (CC) y el vicepresidente de la
comisión de Presupuesto, Luciano Laspina (PRO), que reemplazó al jefe
del bloque macrista, Cristian Ritondo, quien prefirió viajar hasta la
ExpoAgro. Tampoco fue de la partida el jefe de la bancada del FdT,
Germán Martínez, que siguió de cerca el plenario de comisiones. La
reunión duró una hora. Allí, los diputados de JxC insistieron en cambiar
el articulado del proyecto porque –aseguraron– están “dispuestos a
aprobar el financiamiento” pero “no el programa económico”. Algo que
hasta ahora el ministro de Economía, Martín Guzmán, no acepta, porque
considera que son partes de un mismo acuerdo. “No hay ningún motivo
jurídico, económico y político para que el Congreso tenga que aprobar la
política económica del Gobierno", dijeron los legisladores opositores, y
entonces fue que remarcaron que “así el proyecto en invotable”.
Los tres borradores
De
todas maneras, los diputados JxC deslizaron sobre la mesa tres posibles
modificaciones para acompañar el acuerdo de financiación con el FMI,
aunque todas sujetas al acuerdo al que arribe la conducción nacional de
la alianza opositora.
Poco después desde el interbloque de JxC
salieron a desmentir que hubieran presentado tres “borradores”
alternativos al oficialismo. De todas maneras, los textos ya circulaban
en el plenario de comisiones en busca de adhesiones y de unificar las
posturas opositoras. Al proyecto enviado por el Gobierno se le habían
sumado alternativas propuestas por la UCR, la CC y el PRO, además de
otra que hacían circular los diputados del cordobesismo, que responde al
gobernador Juan Schiaretti.
Desde su despacho, Massa agitó su
computadora y su celular para dialogar con los bloques opositores. La
agenda incluía conversaciones con Alejandro “Topo” Rodríguez (el
lavagnista que preside el Interbloque Federal, donde confluyen
cordobesistas y socialistas santafesinos), Luis Di Giacomo (Todos Somos
Ríos Negro e integrante del interbloque Provincias Unidas) y Rodrigo di
Loredo (preside el bloque del radicalismo disidente Evolución Radical,
parte de JxC).
Los cambios posibles
A todos ellos Massa les
trasmitió la posibilidad que el oficialismo abra las puertas a la
modificación del proyecto siempre y cuando se alcance un texto unificado
para llevar al recinto. “Es una cuestión institucional que excede a
todos los gobiernos y que busca evitar el default”, dijo Massa a sus
interlocutores y les aseguró que su trabajo “es conciliar la postura de
todos los actores”. Todo en contacto directo con el Presidente.
Las
negociaciones tampoco se interrumpieron con JxC. Durante la tarde, en la
reunión de la mesa chica del interbloque opositor volvieron a dialogar
tres veces con Massa. Allí le propusieron al presidente de la Cámara
baja la idea de un proyecto de un solo artículo que “avale el
financiamiento y los plazos del acuerdo con el FMI”. Para acercar
posiciones, también se planteó incorporar al texto que “se faculta al
Gobierno a coordinar metas con el FMI”, sin que signifique el aval al
plan económico que acordó Guzmán. Massa dejó la puerta abierta a la
consulta.
Este miércoles por la mañana volverá a reunirse la mesa
chica del interbloque opositor para pulir la propuesta que acercarían al
oficialismo. Por la tarde, la mesa nacional de la alianza opositora se
reunirá por Zoom para definir qué harán. Por lo que la oferta deberá
pasar el filtro de un conjunto de dirigentes que profesan opiniones
contrapuestas.
En ese escenario, el plenario de comisiones previsto
para las 11.30 del miércoles, con el propósito de discutir el dictamen
que se llevará al recinto, podría pasar a un cuarto intermedio hasta que
las propuestas estén más claras. Entre las cuestiones que se analizan
está también la idea de acotar la lista de oradores y evitar
confrontaciones discursivas que hagan naufragar la posibilidad de algún
acuerdo. Nada está cerrado.