Vacunas covid: Argentina busca proyectarse como un productor regional
La pandemia le sirvió al país para consolidar sus capacidades científicas y tecnológicas, y le permitió ubicarse como un faro en Latinoamérica. El rol en la producción de Sputnik V y AstraZeneca, el acuerdo con Sinopharm y el sueño de una vacuna ciento por ciento autóctona. Por Pablo Esteban. Desde el inicio de la pandemia, la estrategia de Argentina en relación con las vacunas fue ambiciosa a varios niveles. En primer lugar intentó comprarlas y, para ello, se entablaron diálogos con las farmacéuticas internacionales. Luego, ante la escasez manifiesta, el Gobierno buscó cerrar acuerdos para participar de algún eslabón del proceso productivo. Si costaba tanto adquirirlas, había que poner manos a la obra y formar parte de la industrialización.
Con esa táctica, el objetivo fue asegurar un flujo continuo. El tercer
paso en este plan es de largo aliento y, aunque todavía no se cumple,
marcha colmado de ilusiones: la meta es diseñar, comercializar y
exportar vacunas ciento por ciento argentinas, pensadas, desarrolladas y
vendidas por argentinos para argentinos. Incluso, la nación espera
convertirse en un faro de producción a nivel regional.
Desarrollar
tecnologías sanitarias tan sensibles en un contexto pandémico puede
traducirse en un paso hacia la soberanía. Disponer de capacidades
propias es vital para autoabastecerse en un escenario crítico. En este
marco, ¿cuál es la actualidad de la elaboración local de la Sputnik V y
la AstraZeneca? ¿Cuáles son las perspectivas en cuanto a la producción
doméstica de la Sinopharm? ¿Falta mucho para que la población se
inmunice con una opción autóctona?
Gamaleya: el primer socio
A
principios de febrero, Anmat autorizó el registro de la vacuna Sputnik V
en Argentina y Laboratorios Richmond será la firma doméstica que la
comercialice a nivel local y en Latinoamérica. La compañía, liderada por
Marcelo Figueiras, fabricará y venderá tanto el componente I como el
II. En un encuentro celebrado el 2 de febrero, la ministra de Salud,
Carla Vizzotti, destacó que el acuerdo reflejaba “la sinergia con el
sector productivo nacional, al favorecer el autoabastecimiento y la
disponibilidad de vacunas elaboradas con trabajo argentino que incluye
la posibilidad de exportar a la región”.
Hasta ese momento, la
compañía se había encargado de la finalización del proceso productivo,
esto es, del filtrado, el llenado y el envasado. A partir de aquí,
además, se encargará de la venta del producto; de hecho, hay vecinos
como Perú, Bolivia y Colombia que ya se mostraron interesados. En 2020,
Argentina fue el primer socio occidental que confió en la Sputnik V, que
aún aguarda ser aprobada por la Organización Mundial de la Salud. A
partir del principio activo recibido del Centro Gamaleya, a la fecha,
Richmond elaboró 1.634.875 dosis del componente I y 4.661.250 del II. En
los próximos meses, culminará la construcción de una nueva planta
biotecnológica en Pilar (Buenos Aires), con capacidad para fabricar 500
millones de vacunas contra la covid y expandir la cartera de productos
sanitarios contra otras enfermedades.
El presente con AstraZeneca y el futuro con Sinopharm
A
nivel local, la sustancia activa de la vacuna de AstraZeneca es
fabricada por el laboratorio mAbxience (Grupo Insud), del empresario
Hugo Sigman. Luego el procedimiento de envasado y distribución se
completa en México, a través de la compañía Liomont, con el apoyo
financiero del magnate Carlos Slim. Según el proyecto original, ambas
naciones latinoamericanas se propusieron fabricar 150 millones de dosis,
para que sean repartidas en la región, con excepción de Brasil. De ese
total, a partir del convenio bilateral, llegaron a territorio argentino
22.459.500 dosis.
En el marco de la visita de Alberto Fernández a
China, se produjo el encuentro con directivos del Institute of
Biological Products para avanzar en la fabricación local de la
Sinopharm, la tecnología oriental que ya se aplica desde los tres años.
En Argentina, la compañía a cargo será Sinergium Biotech, que estará en
condiciones de elaborar hasta un millón de dosis semanales y también
cuenta con contactos regionales para la exportación hacia naciones como
Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador. También esperan que ese vínculo
comercial que se generó con Beijing a partir de la pandemia pueda
habilitar a la realización de más acuerdos científico-tecnológicos
relacionados con el diseño de fármacos. China dispone de seis plantas de
producción de vacunas específicas para covid fronteras adentro y ha
establecido fábricas en Emiratos Árabes Unidos, Serbia y Marruecos. En
paralelo, busca expandirse y cerrar negociaciones similares a las que
realiza con Argentina en Bangladesh, Hungría, Vietnam, Birmania y
Uganda.
Desde el inicio del Plan Estratégico de Vacunación contra
Covid, de las 107.520.675 dosis recibidas, se distribuyeron poco más de
96 millones, se aplicaron 90 millones y se donaron otros 5 millones. De
la cifra total, 18.474.300 corresponden a Pfizer; 14.683.210 a Sputnik V
(10.490.055 dosis del componente I, y 4.193.155 del componente II), y
6.296.125 a Sputnik V producidas en la Argentina por Laboratorios
Richmond; 31.672.800 a Sinopharm; 28.546.900 a AstraZeneca; 6.143.340 a
Moderna; y 1.704.000 a CanSino.
Trabajando para la Argenvac.