El Consejo Nacional de posguerra Por el Dr. Jorge Rachid
EL CONSEJO NACIONAL DE POSGUERRA, UN INSTRUMENTO DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL Por Jorge Rachid
El mundo ha vivido una Guerra Mundial que no ha terminado, aunque se vislumbra su fin a través de las vacunas. Un enemigo invisible, pero letal, invadió todos los territorios del planeta, produciendo daños materiales, víctimas fatales, dejando secuelas y esencialmente dolor social inmenso. Nadie quedó afuera de ese escenario, la Pandemia no sólo creó una crisis sanitaria, planteó la necesidad de una nuevo mundo, dando comienzo a una nueva era.
Es que la crisis civilizatoria que dejó al descubierto la Pandemia, hizo
evidente una situación límite en la Humanidad, en donde el
calentamiento global, el choque de intereses financieros y productivos,
los avances tecnológicos, las áreas de influencias, todo lo viven en
tensión, para lograr hegemonías en un mundo cada día más multipolar. Las
guerras localizadas, las caídas financieras, las crisis sucesivas, las
polarizaciones políticas, no resolvieron la ecuación necesaria al
equilibrio de poderes del mundo.
Estamos en una situación similar a
mayo de 1945, con la victoria aliada en Europa, el avance del ejército
ruso hasta ocupar Alemania y el este europeo y las tropas del resto de
los países avanzando desde el sur. Pero Japón seguía en guerra, aunque
todos sabían que era cuestión de tiempo su caída, ya no habría
resistencia posible, sólo más víctimas y la derrota definitiva.
Hoy
sabemos que la Pandemia podemos llegar a manejarla, aunque será una
victoria parcial, ya que sólo la vacunación efectiva, con inmunidad
comunitaria en las poblaciones, controlará su voracidad. Pero el virus
estará presente, el COVID 19 será una nueva realidad en el escenario
sanitario mundial, y como todo tema infeccioso serán los pueblos más
humildes y pobres del planeta, los que más tarden en llegar a su
resolución. Los ricos serán más ricos y los pobres más pobres, así fue
en la posguerra mundial y será en ésta, cuando se reacomoden los poderes
fácticos.
Entonces en mayo de 1945, ya los vencedores se reubicaban
en sus nuevos papeles: Postdam y Yalta lo atestiguan con dramática
vigencia, se abría un nuevo colonialismo, de nuevas áreas de influencia
en el nuevo mundo. Había que darle a esa situación una imagen de futuro
de paz, de solidaridad internacional, aunque sin perder el control del
ejercicio del poder por parte de los vencedores, entonces se crean las
Naciones Unidas, un concierto de países que pueden opinar, pero pocas
veces decidir: el Consejo de Seguridad, con derecho a veto, decide los
márgenes de los caminos de la humanidad.
El quiénes son los
integrados a ese nuevo mundo y quienes operan en sus orillas, lo deciden
los vencedores, en su mesa chica, cuál será la moneda de cambio
internacional cambiando el patrón oro por el dólar también, China con
1100 millones de habitantes recién será reconocida a mediados de la
década del 60 por Nixon-Kissinger, Francia libera Argelia en el 62, EEUU
arrasa cualquier rebelión en América latina e impone dictaduras en
aquellos países con liderazgos díscolos a su estrategia continental.
Naciones Unidas calla y cuando habla no se la escucha: Malvinas y
Palestina son ejemplos de esos reclamos históricos.
En nuestro país,
con un pueblo emergido de las sombras del colonialismo económico
agrícola- ganadero probritánico y un liderazgo fuerte que enfrenta con
estrategia geopolítica esa situación mundial, con un proyecto de
liberación, como fue el de Perón y el peronismo doctrinario, tiene
encima al conjunto de los países integrados y sometidos y a sus fuerzas
políticas, de conducción anglosajona liberal y las fuerzas marxistas,
tanto comunistas como socialistas, en su contra al intentar mover el
tablero internacional, en una posición de soberanía política nacional y
de Patria Grande.
En Europa, los vencedores alineados con EEUU se
plantean un Plan de reconstrucción económica, de nuevas reglas de juego y
políticas sociales que contengan el drama de millones de seres humanos,
que han perdido todo y siguen llorando sus muertos, dando lugar al Plan
Marshal en lo económico y constituyendo el Estado de Bienestar en lo
social, con el modelo Berberige en Inglaterra, continuidad del de
Bismarck en la primera gran guerra del 1917. Los mismos mecanismos de
contención de situaciones sociales límite, sin perder el control
político de sus áreas de influencia, siendo el caso de la división de
Berlín el caso más emblemático de la guerra fría que comenzaba. La
guerra de corea es otro ejemplo de esa situación.
Dividir el mundo
entre los buenos y los malos, podrá servir para la tribuna política,
pero en el análisis más acabado, siempre se trata de relaciones y luchas
de poder referidos a intereses concretos, tanto de recursos naturales,
como de control económico de terceros países, en tanto acumulación de
conocimientos en ciencia y tecnología, que les permite a los imperios,
el ejercicio del poder discriminatorio, que somete y disciplina.
Ante
ésta situación entonces, el peronismo convoca al Consejo Nacional de
Posguerra, herramienta de reconstrucción nacional, para planificación
estratégica, políticas públicas y elaboración de las pautas de un Plan
Quinquenal, que diese certezas de los caminos a emprender.
Desde el
Consejo comienzan a plantearse el esquema de sustitución de las
importaciones, las herramientas necesaria para el control de los tres
espacios soberanos: tierra, aire y mar, surgiendo la Flota Mercante, AA y
la nacionalización de los trenes.
También el diseño del perfil del
modelo social solidario, que abarca desde los previsional a la salud, la
educación pública y la vivienda, mostrando caminos a recorrer de
construcción de Justicia social. Hubo un segundo Plan Quinquenal
peronista, que la revolución fusiladora del 55 clausuró, con impulso
del terror y la muerte.
China hoy comienza ahora su 15° Plan
quinquenal consecutivo. Una continuidad política estratégica de aquella
visión compartida por los grandes líderes de la Humanidad, que lejos de
asimilarse a la polarización, fueron encontrando caminos de
fortalecimiento a través de los países del Tercer Mundo, conjunción de
la Tercera Posición en un marco creciente de guerra fría. Mao, Nasser,
Nerhu, Sukarno y hasta De Gaulle se asoció en algún momento, junto a
los países africanos, árabes y algunos latinoamericanos como Cuba y por
momentos Chile, Perú y Bolivia, todos procesos populares, derrotados por
nuevas dictaduras.
Es cuando el análisis nos lleva a ésta guerra
pandémica y su salida en el tiempo, que debería encontrarnos armados en
un proyecto de país, con caminos previsibles a recorrer que afiancen
nuestra soberanía política, integrada a la patria Grande, construya los
grandes desafíos del siglo XXl:
Eliminar la pobreza estructural
definitivamente en un modelo de Justicia Social respaldado por la
Comunidad Organizada como ejercicio de poder popular permante, con
amparo constitucional.
Avanzar en Ciencia y Tecnología aplicada a un
perfil de país que irrumpa en el escenario internacional del
conocimiento, con sus beneficios económicos
Lograr masa crítica de poder Latinoamericano en la mesa de las negociaciones internacionales a través del UNASUR y la CELAC
Volver al control y regulación del comercio exterior con mecanismos que emplean todos los países del mundo
Afianzar
los recursos naturales con patrimonio y tecnología nacional, en
especial el agua dulce; recuperar soberanía sanitaria plena en la
producción de materias primas de medicamentos y producción pública, como
bien social de los mismos hoy denigrados a mercancías
Sellar las
bases de la Argentina Bicontinental y sus espacios soberanos, incluyendo
Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur
Discutir una Nueva Constitución y la nacionalización de los servicios públicos, por ser DDHH básicos
Fortalecer la industrialización avanzada en el país y la soberanía alimentaria de nuestro pueblo.
Son
sólo algunos de los ejes a debatir profundamente, con visón de
políticas estratégicas, que nos ubiquen en el mundo globalizado,
integrados desde nuestra identidad nacional latinoamericana, con la
memoria plena de nuestra historia, mestiza, criolla, morena profunda que
emana de nuestros pueblos, hermanados en un desafío de cuidar la
Pachamama, la Madre Tierra, enfriando el calentamiento global, plantando
y levantando bosques que nos hagan respirar como planeta, recuperando
la dignidad como seres humanos, frente a tanta ignominia mercantilista,
voraz e inhumana de un capitalismo que plantea el crecimiento
patrimonial infinito, sacrificando a los pueblos del mundo.
JORGE RACHID
PRIMERO LA PATRIA