El libro que inquieta al ex presidente Mauricio Macri
El libro que inquieta al ex presidente Mauricio Macri. El testimonio de Mariano Macri: adelanto exclusivo de "Hermano" Este fragmento del texto del periodista de Página/12 que Editorial Sudamericana publicará este fin de semana explica cómo se originó la idea de que el hermano del ex presidente contara los secretos de la familia y cuáles son algunas de sus principales revelaciones. Por Santiago O'Donnell Pagina 12
Mariano Macri, el testimonio del hermano menor del ex presidente.
Domingo de marzo soleado y fresco en el coqueto barrio de La Horqueta, en la unión entre los dos ramales de la Panamericana, a la altura de Beccar y San Isidro. La cita es en el Seven Eleven, un discreto bar-restorán con fachada de ladrillo y galería con mesitas a un costado, detrás de un gran kiosco de revistas, en un centro comercial abierto y arbolado sobre la avenida Blanco Encalada
. A la hora convenida, él ya me está esperando. Me llama con el brazo
desde una mesa al aire libre, la más alejada de la vereda. Recuerdo el
silencio. Faltan siete horas para que Alberto Fernández anuncie la
esperada cuarentena, que entrará en vigor al día siguiente. La Horqueta
parece un pueblo fantasma, pero el Seven Eleven de Beccar,
milagrosamente, sigue abierto.
Adentro no hay clientes. Afuera, el
único es Mariano Macri. Camisa celeste, pantalón kaki, ojos verdes,
nariz importante, barba, sienes templadas, boca de jóker: la viva imagen
de su papá. Erguido en la silla, hombros abiertos, espalda derecha,
saluda afectuoso: “¿Cómo va, querido?”, con su voz grave y nasal. Me
recibe con el codo, sin beso en la mejilla. “Se está cuidando. Tiene
tres chicos jóvenes”, pienso. Una hora antes me había llamado desde su
casa en un country de Pacheco y me dijo que teníamos que hablar. Nos
encontramos a mitad de camino.
Desde la última vez que nos vimos
hace dos semanas, el mundo se dio vuelta por culpa de la pandemia. La
recomendación es no salir de nuestras casas. “Ayer estuve con Mauricio”,
me dice, y entiendo. Hace dos meses que nos venimos reuniendo una o dos
veces por semana para completar una larga entrevista que daría forma a
este libro testimonial sobre su pelea con el expresidente. Y justo dos
días antes de la cuarentena, por iniciativa de Mauricio, se reunieron.
Se
acerca una moza y le pido un tostado y un café con leche. Él dice: “Ya
estoy bien”, le sonríe atento y no pide nada. Parece contento de verme.
Prendo el grabador del celular, lo dejo sobre la mesa vacía y le apunto
con el micrófono. Él lo endereza apenas y se lo acerca un poco más, como
si quisiera asegurarse de que una ráfaga de viento no se lleve lo que
está a punto de decir. Empieza a hablar y yo lo interrumpo pidiendo
detalles. Retoma y lo vuelvo a interrumpir. Quiero clima, quiero
diálogo, quiero horarios, direcciones, quiero todo. Vamos y venimos.
Mariano cuenta, yo lo interrumpo, Mariano vuelve a empezar.
Hasta
que sucede algo que me deja mudo. Mariano empieza a hablarle a
Mauricio. Lentamente, en un ligero crescendo, con la voz firme, con
enojo apenas contenido.
Mauricio, ¿vos me estás jodiendo? No te
importó la salud del viejo, la angustia que el viejo vivió. ¿Te das
cuenta, Mauricio? Tampoco te importó la enfermedad de mi hija. Tuve que
acudir a mi primo Ángelo a pedirle plata porque el médico oncólogo del
Fundaleu que me traía la droga de afuera me cobraba una fortuna y
ustedes me dieron vuelta la cara, me habían cortado el grifo, me habían
dejado totalmente seco. No logré siquiera que reaccionaran frente al
episodio de cáncer de mi hija y tuve que recurrir a mi primo, que fue el
que me ayudó. ¿Te das cuenta? Vos te fuiste en todo este proyecto tuyo
de poder cuando para mí el proyecto era velar por el crecimiento de la
gente y evitar que la empresa se fagocitara a la familia. Vos y yo somos
de dos galaxias distintas.
Parece poseído, enajenado, la mirada fija
en el celular como si le habla-ra a un fantasma que no lo deja en paz.
Un recitado cadencioso y gutural, haciendo caer palabras como piedras,
pausando para que aturdan. Cuando apago el grabador cuarenta minutos
después lo veo respirar aliviado, liviano. Entonces entiendo.
Haberle
dicho a su hermano en la cara la tarde anterior lo que pensaba de él no
le sirvió de mucho. Es como si le hubiese hablado a una sábana. Para
conjurar su fantasma, debe repetirlo delante de un periodista, palabra
por palabra, y hacer que todo el mundo se entere. No importa que ese
mundo, ese día, se esté cayendo a pedazos.
Este libro cuenta, a
partir de un relato autobiográfico de Mariano Macri, cómo se fue
generando un abismo entre él y Mauricio por profundas diferencias de
visiones, principios y posturas éticas. Después de décadas de compartir,
o más bien de competir, con Mauricio por la herencia y el legado de su
padre, Mariano, el quinto hijo de Franco, habla por primera vez y revela
el lado oscuro de su hermano mayor, con un nivel de precisión y detalle
que ni los peores enemigos del expresidente llegaron a imaginar.
Entre
otras historias jamás contadas, Mariano habla del millonario préstamo
de un banco brasileño que jaquea al grupo Macri, y el fallido plan para
evitar pagarlo a través de una venta simulada de la empresa insigne del
grupo, Sideco, a un banco austríaco que, a su vez, escondería el dinero
en fundaciones creadas con ese propósito en el paraíso fiscal de
Luxemburgo. También, con el mismo propósito de esconder sus activos,
cuenta Mariano, el holding familiar Socma se habría ido vaciando en los
últimos años mediante un esquema de autopréstamos a empresas del grupo.
Además, para sortear la apariencia de conflictos de interés, desde que
Mauricio ingresó en la función pública el grupo fue tercerizando algunos
de sus negocios en testaferros y socios ocultos, por ejemplo, en el
caso de los Parques Eólicos y Autopistas del Sol o McAir-Avianca,
maniobras sobre las que Mariano aporta información que confirmaría lo
revelado por el periodismo y avanza más allá de lo conocido hasta ahora.