Ley de Gondolas
Este viernes 28 de febrero la Cámara de Senadores del Honorable Congreso de la Nación tendrá la gran oportunidad y responsabilidad de tratar y aprobar el proyecto de ley de góndolas cuya implementación inmediata es tan necesaria para la Argentina. Llega a Senadores la Ley de Góndolas y se abre el debate otra vez. Ante la inminente posibilidad que el proyecto se convierta en ley en los últimos días se han amplificado de manera notoria pero no casual las voces de los sectores que están en contra de la implementación del proyecto.
Dichas voces dijeron reiteradas veces y en diferentes medios de
comunicación que una eventual ley de góndolas es inaplicable, que no es
la herramienta adecuada para luchar contra la distorsión y el aumento de
los precios de los productos alimenticios y de consumo masivo, que
generará un aumento en los costos de reposición de los supermercados y
el desempleo del personal encargado de la reposición, y generará
desabastecimiento. En resumen, estos sectores alegan infundadamente que
la ley de góndolas traerá más problemas que soluciones.
No obstante,
es importante destacar, para que el lector no se deje influenciar
indebidamente, que los sectores que critican y difaman este proyecto de
ley, son justamente los que quieren que se mantenga el statu quo
vigente. Ello por la simple razón de que son estos mismos actores del
mercado los principales beneficiados de las prácticas anticompetitivas y
desleales que se dan en el mundo la de venta minorista de productos
alimenticios y de consumo masivo. Son ellos los que provocan las
distorsiones y aumentos desmedidos y monopolizan las góndolas de los
supermercados excluyendo los productos comercializados por las mipymes.
El
proyecto de ley de góndolas viene justamente a poner un fin a dichas
prácticas que tanto daño han causado a la libre competencia, a la
economía y sobre todo a los consumidores argentinos. Por ello no me
sorprenden las críticas de estos sectores que lo único que pretenden es
continuar con sus privilegios actuales.
Ante esta situación, siento
la obligación de desmentir las falsas críticas vertidas por estos
sectores recientemente. En primer lugar, es importante destacar que el
proyecto de ley de góndolas no es un experimento que quiere probarse en
la Argentina para ver qué resultados tendrá. Por lo contrario, el lector
debe saber que el proyecto es perfectamente aplicable ya que fue
implementado en países de la región con un éxito rotundo y logró que los
precios de los productos alimenticios disminuyeran notablemente.
Tampoco
es verdad que la ley de góndolas va a generar un aumento de los costos y
precios de los productos y provocará desabastecimiento. Una vez
implementada la ley de góndolas las mipymes podrán acceder con sus
productos a las góndolas de los grandes supermercados. Esta
circunstancia, al contrario de lo que dicen las críticas, generará que
haya una mayor oferta, facilitando la competencia e impidiendo que dos o
tres grandes empresas fijen precios elevados a su antojo.
Por otra
parte es una falacia decir que la ley de góndolas no es un instrumento
adecuado para luchar contra la distorsión y aumento de los precios de
los productos más consumidos por los argentinos. Tal vez no sea el único
instrumento para luchar contra la inflación y los aumentos, sin embargo
la ley de góndolas es necesaria y adecuada para combatir los mismos.
Las
voces críticas también han alegado que ya existen los regímenes de
defensa de la competencia y de lealtad comercial para denunciar todas
aquellas prácticas anticompetitivas y desleales que distorsionan los
precios de los productos de los alimentos. No obstante, la triste
realidad indica que estos regímenes a lo largo de los años no han
podido, no han sabido o no han querido poner un freno a dichas prácticas
y han convalidado de manera directa e indirecta las conductas
arbitrarias e ilegales de las grandes cadenas de supermercados y de los
principales proveedores de productos de primera necesidad que tanto daño
causaron y causan a los consumidores. Por ello es necesario que se
apruebe e implemente la ley de góndolas para tener una herramienta real y
eficaz con la cual se pueda lograr la normalización y disminución de
precios.
En este punto considero que sería importante que el proyecto
de ley góndolas se fortalezca incorporando una institución autárquica
encargada de fiscalizar que los sujetos involucrados cumplan con las
obligaciones establecidas por la ley. La futura ley debería promover la
creación de una Superintendencia de Protección y Fomento de la
Competencia encargada de auditar las grandes cadenas de supermercados y
denunciar incumplimientos.