Final anunciado
Macri terminará su gestión con un derrumbe del salario real cercano al 23%, como a la salida de la convertibilidad. Los trabajadores perderán casi una cuarta parte de su poder adquisitivo - por Juan Strasnoy Peyre. BAE. Con el salto inflacionario de agosto, el salario real aceleró su caída, que ya arrastra 21 meses consecutivos. Según un informe del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), los ingresos laborales retrocedieron el mes pasado 8,4% interanual, tres décimas más que en julio. Así, desde noviembre de 2015, el poder adquisitivo acumula un declive del 18,4% y los analistas advierten que Mauricio Macri se encamina a terminar su mandato con un derrumbe similar al que generó la salida de la convertibilidad en 2002: 23%. Es decir que los sueldos habrán perdido casi una cuarta parte de su valor en cuatro años.
El IET, un centro de estudios que impulsa la UMET y un conjunto de
sindicatos de la CGT y las CTA, publicó ayer su medición de la inflación
de los trabajadores, un cálculo de la canasta de consumo de la
población asalariada. Por el impacto de la abrupta devaluación, el
indicador de agosto dio 4,3%, en línea con la proyección que arrojó el
Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA para el IPC, que el
Indec publicará este jueves.
El número del mes pasado duplica al 2,2%
de julio. En lo que va del año, la inflación ya acumula 30,5% y en
términos interanuales marca 55,1%. En torno a ese número cerraría el IPC
de 2019 según las previsiones del grueso de las consultoras y ya casi
nadie descarta que superará al del año pasado para convertirse en el más
alto desde el fin de la híper en 1991.
Este panorama abre un
derrotero complicado para los trabajadores. A fuerza de corridas y
tarifazos, la inflación ya acumula un alza de 243% desde noviembre de
2015. Esto implicó una debacle del 18,4% para el poder de compra
promedio. "Cada vez más, el deterioro del salario real se parece al de
2002, cuando el poder adquisitivo cayó 23%", remarcó el informe. Con
cuatro meses que se prevén de fuerte suba de precios por delante, las
probabilidades de que Macri termine su Gobierno con un deterioro
equivalente al que generó el salto cambiario del 300% a la salida de la
convertibilidad son elevadas.
El analista del IET Daniel Schteingart
lo explicó así: "La baja del 23% se dio entre diciembre de 2001 y
diciembre de 2002. Ahí tocó el piso y empezó a rebotar. Si ahora tenemos
18,4% de caída desde el cambio de Gobierno, tendría que caer menos de
cinco puntos más para igualarla. Eso podría ocurrir tranquilamente. Con
inflaciones previstas en torno al 5% para septiembre y un número cercano
en octubre, si los salarios suben dos puntos menos cada mes, puede
alcanzarla. Claro que lo de 2002 estuvo condensado en un año y esto, en
cuatro". Más allá de las diferencias temporales, lo preocupante es que
el actual ciclo dejará un saldo similar al de la última gran crisis: una
vez más, los trabajadores perderán casi una cuarta parte de sus
ingresos.
Otras proyecciones salariales realizadas por privados
coinciden en que, a pesar de los paliativos oficiales, el poder
adquisitivo agudizará su pendiente en lo que resta del año. Días atrás,
economistas de Ecolatina, Analytica y el Centro de Estudios Scalabrini
Ortiz le dijeron a BAE Negocios que proyectaban un piso del 5% para la
caída del salario real de acá a fin de año.
Esto tendrá su correlato
en un nuevo golpe a la actividad. Es que, en conjunto, todas las medidas
de alivio anunciadas hasta el momento inyectarán unos $80.000 millones
al consumo, según Hacienda. Pero ese monto equivale a sólo un punto de
salario real perdido y los pronósticos hablan de, al menos, cinco veces
más.
Sin novedades sobre las reaperturas de convenios, el ministro de
Producción, Dante Sica, confirmó ayer, luego de reunirse con la CGT,
que trabaja en un posible un bono de $5.000 para los asalariados
privados, como el que ya se anunció para los estatales. Una iniciativa
que, según Mariano De Miguel, otro de los investigadores del IET, no
reparará el daño al bolsillo: "Estas pérdidas salariales no se compensan
de ninguna manera con un bono porque son compensaciones que se dan por
única vez y, al ser puntuales, no corrigen el piso de poder adquisitivo
del cual se parte. Lo que sí ayudaría es una recomposición general de
las paritarias".