Alberto de campaña
Abuelos y amas de casa, los votos que persigue Alberto para asegurar las primarias
Reformuló su discurso para captar electorados más hostiles. La pelea con Vidal y la esperanza de llegar a 30 puntos en Córdoba. Abuelos y amas de casa, los votos que persigue Alberto para asegurar las primarias. Por Mauricio Cantando LPO . Alberto Fernández está más disciplinado. Sin dejar de ser "genuino", como se define, los candidatos y asesores que hace unas semanas le exigían ordenar su campaña pueden conocer cómo serán sus días, sus declaraciones y, sobre todo, sus objetivos para ser el más votado en las primarias presidenciales del 11 de agosto.
Las encuestas que le llegan lo colocan entre 7 y 10 puntos arriba, con
repuntes en zonas hostiles como Córdoba, donde se conforma con perder 50
a 30; Santa Fe, con números muy favorables en Rosario; y Entre Ríos,
donde de a poco empiezan a notarse los oficios del gobernador Gustavo
Bordet, uno de los primeros en escucharlo hablar del peronismo unido,
hace más de un año. "Si subimos en esos lugares, Macri no puede
descontarlo", confían en su entorno.
Pero los big data que empezaron
a circular por el bunker de calle México detectaron algunos segmentos
flojos, en los que necesita crecer para ganar sin sobresaltos. Así como
en Juntos por el Cambio apuntan a jóvenes y celestes, con mucha menos
tecnología a disposición, en Todos tienen en la mira a jubilados y amas
de casa, sobre todo de clase media baja.
El principal escollo son
los "adultos mayores", como se llama a los ancianos cuando se aplica la
corrección política. Entre ellos Mauricio Macri prevalece en los sondeos
y logra penetrar con un mensaje por televisión, Facebook y grupos de
Whatsapp, incluso en los sectores socioeconómicos más bajos de esta
franja etaria, castigados por la recesión.
Tanto es así, que en
estos días el presidente y su compañero de fórmula Miguel Pichetto
lanzaron una campaña para pedir que los mayores de 70 años vayan a votar
en las primarias, aunque no están obligados y ni siquiera hay una
interna para motivarlos. Sin su ayuda, el oficialismo no puede ganar.
Alberto
decidió hablar de las leliq y las jubilaciones para olvidar la
comparación con Venezuela que había hecho Cristina. "Lo que digamos será
polémico, pero tenemos que elegir la polémica", justifican en su
equipo.
En las elecciones generales de 2015 se sumaron 2 millones de
votantes que no habían participado de las primarias, muchos de ellos
abuelos que empujaron a Macri para llegar a un ballotage como favorito.
Obediente,
Alberto decidió el domingo hablarle a los abuelos y, de paso, sacar de
agenda la poco feliz comparación de Venezuela y Argentina que Cristina
Kirchner había ensayado el día anterior, en Mendoza, durante la
presentación de su libro "Sinceramente".
En televisión, el candidato
presidencial dijo que financiaría los medicamentos de los jubilados con
los intereses que se pagan de las Leliq, títulos que el Banco Central le
vende al resto de las entidades financieras con el propósito de reducir
el circulante de pesos, bajar la presión contra el dólar y combatir la
inflación.
En el Gobierno hicieron fila para explicar que su
ecuación financiera fue fantasiosa, porque si las Leliq desaparecieran
no se agregaría más dinero en el Tesoro, a menos que al presidente del
Banco Central se le ocurriera emitir plata sin límite y enviársela al
secretario de Hacienda. Ajenos a esos tecnicismos, en el bunker
albertista y en el Instituto Patria festejaron a dúo, convencidos de
haberlos hecho morder el anzuelo.