Cuanto mejor, peor
Arranca el veranito con una advertencia para Macri: cuanto mejor, peor
Panorama semanal por Noe Barral Grigera BAE
A diez semanas del cierre de listas, los u$s60 millones diarios del FMI empezarán a sellar la estrategia electoral del Gobierno. Si la mayor oferta de dólares, ayudada por la liquidación de la cosecha, alcanza a neutralizar la presión de la catástrofe inflacionaria y de la incertidumbre electoral sobre el dólar, Mauricio Macri ratificará de forma definitiva su armado político electoral y todo el PRO se pondrá la camiseta de Durán Barba conducción.
El primer hecho, la estabilización del dólar, es el más deseado por todos en el oficialismo. Pero su consecuencia, la ratificación del modelo, es el más temido.
No lo quieren los radicales, no lo quiere María Eugenia Vidal, no lo
quiere Horacio Rodríguez Larreta y no lo quiere Emilio Monzó. Creen que
un veranito antes del cierre de listas provocará cinco meses de
turbulencias. "Si el dólar se mantiene o cede, el Gobierno lo va a tomar
como una señal de acierto y va a ratificar todo lo de siempre. Si eso
pasa, el verdadero enigma arranca entre el cierre de listas y el
ballotage. Hay tres hitos: el día que Cristina anuncie que es candidata,
el día de la PASO, en que muestre que es competitiva, y el día de la
primera vuelta, cuando se meta en el ballotage. Esos tres días son un
samba cambiario", vaticina una de las caras más visibles del Gobierno,
que agrega un dato más: "Y toda la sangría desde ahora hasta el
ballotage, es responsabilidad de nuestro candidato, el Presidente de la
Nación. Se la van a cobrar en la factura electoral de él". Por eso, ya
hay quienes dicen en Cambiemos: cuanto mejor, peor.
Resolver cinco
meses de incertidumbre electoral con un golpe de timón antes del cierre
de listas implicaría para Macri un giro político jamás visto en su forma
de construcción y al que el Presidente se viene resistiendo desde que
comenzó la crisis, hace casi un año atrás. La hipótesis de Martín
Lousteau candidato a vice podría ser el inicio de un camino así.
Hay tres hitos: cuando Cristina anuncie que es candidata, las PASO y el balotaje. Esos tres días son un samba cambiario
Aunque
quienes lo conocen a Macri insisten: el veranito cambiario, si ocurre,
atenta contra ese tipo de ideas. Ni hablar de la insistencia del círculo
rojo sobre la candidatura presidencial de Vidal, sólo factible si la
crisis se desmadra antes del 22 de junio. Intendentes bonaerenses de la
Tercera Sección electoral no creen necesario llegar a ese punto: "Macri
no puede ser candidato con los números que tiene hoy en el Conurbano",
aseguran. Están convencidos de que jugará la gobernadora. Si Vidal
cambia de distrito, ¿precalienta Monzó candidato bonaerense?
Avisa un
inconfundible cambiemita, en sintonía con lo que ven los intendentes
peronistas: "El empeoramiento que esta gente entiende no es el del
bolsillo, es la de las encuestas".
La apuesta por la zona núcleo
(esto es: construir el triunfo electoral nacional desde Córdoba, Santa
Fe, Entre Ríos, la Ciudad y algo de Buenos Aires) tambalea después del
aluvión de votos que consiguió el peronismo unificado en las Primarias
de Entre Ríos. Mientras Cambiemos bajó de los casi cuarenta que había
sacado cuatro años atrás (39,4% con Alfredo De Ángeli como candidato
contra los 33,6% de Atilio Benedetti el domingo), el peronismo creció a
niveles impensados. Después de un 2015 de divisiones, la unión de los
tres sectores provinciales (el PJ, el kirchnerismo y el massismo)
provocó que Gustavo Bordet creciera de un 44,2% hace cuatro años a este
arrollador 58,15%.
Pocas encuestas acertaron ese caudal astronómico.
Un consultor que le pegó con precisión (y que pidió reserva de su nombre
pues sus estudios no están destinados a la divulgación, sino que son
exclusivos para un candidato opositor con aspiraciones nacionales) avisa
que en Santa Fe, dentro de 15 días, el panorama continuará
ensombreciéndose para el Gobierno.
Su sondeo, terminado hace 15 días,
muestra al socialista Antonio Bonfatti con casi 21 puntos. Pero, aquí
el dato: sumados, los dos candidatos peronistas superan los 28 puntos.
Omar Perotti mide casi 17 y María Eugenia Bielsa, 11,7. El designado de
la Casa Rosada, José Corral, apenas supera el 15% de la intención de
voto. Para apuntalarlo, la UCR llegó a intervenir el partido en la
provincia y obligó a los radicales (partícipes del gobierno socialista
desde hace años) a acompañar la boleta de Cambiemos. El sello
multicolor, sin embargo, volvería a quedar tercero, mirando desde afuera
la pelea entre una fuerza provincial y el peronismo unificado, igual
que en Neuquén y en Río Negro.
El mismo sondeo muestra a Cristina con
39,2 puntos en Santa Fe; a Macri con 26,8; a Roberto Lavagna con 10,1 y
a Sergio Massa con 4,5.
Dos semanas después de Santa Fe será el
turno de Córdoba. Y otra vez Macri espera malas noticias. No sólo por la
segura reelección de Juan Schiaretti (sin necesidad siquiera de ir en
acuerdo con el kirchnerismo), sino por la complicada situación de la
capital provincial, hoy en manos de la UCR. "Es muy posible que se
pierda la capital también", admiten armadores cordobeses de Cambiemos
que avizoran que "el 12 de mayo va a ser un día negro". Ya temen el pase
de facturas posterior.
El escenario envalentona hasta al
kirchnerismo porteño, que enfrenta desde hace 12 años escenarios
imposibles frente al PRO en la Ciudad. Este año, hacen cuentas, podrían
hacerle perder a Horacio Rodríguez Larreta la mayoría automática en la
Legislatura, que se alcanza con 30+1.
Vamos Juntos, la fuerza
cambiemita porteña, pone en juego 18 bancas de un total de 34. Si no
logra superar el 42% de los votos en la primera vuelta, perdería 5
bancas y con ellas, la mayoría automática. Pero además, los candidatos
kirchneristas tienen un segundo objetivo: sumar cien mil votos extra
(pasar de 400 mil a 500 mil) para colaborar en la cuenta final nacional.
En
esa ecuación, sopesan también el factor Lavagna para los porteños: si
la eventual boleta del ex ministro arrastra lo suficiente en la Ciudad
en primera vuelta, podría robarle cinco puntos clave a Larreta.
Inesperadamente, el resultado en el distrito más amarillo de todos
terminaría también perjudicando a la suma de votos de Macri a nivel
nacional.