Aerolíneas profundiza la pelea con su personal
Aerolíneas profundiza la pelea con su personal y rechaza la conciliación obligatoria
La empresa canceló sus vuelos para este lunes y convirtió el paro anunciado en un lockout. Los gremios denuncian la falta de diálogo. El financiamiento para 2019, en el centro del conflicto.
Por Martín Ferreyra
La pelea entre el gobierno y los gremios aeronáuticos recrudeció en los últimos días. El grupo de los Sindicatos Aeronáuticos Unidos (SAU) ratificó el paro de este lunes en reclamo de la actualización salarial y en contra de las 376 suspensiones dispuestas por participar en las asambleas de la semana pasada.
La empresa contraatacó: canceló todos los vuelos programados para el
lunes. Lo hizo para "evitar situaciones de confusión y problemas para el
pasajero", según un comunicado oficial. De esa manera, retomó el
control de la disputa.
Tras conocerse esa jugada, los gremios del SAU
se llamaron a silencio pero a última hora los secretarios generales de
APTA, Ricardo Cirielli; APA, Edgardo Llano; UPSA, Rubén Fernández; APLA,
Pablo Biró; y UALA, Cristian Erhardt, ratificaron el paro por 24 horas
sin presencia en los lugares de trabajo.
Antes de que se conociera
esa ratificación el gobierno saboreó la batalla ganada. El ministro de
Transporte, Guillermo Dietrich, aprovechó una entrevista radial con
Cadena 3 para castigar a los sindicatos con la negación pública de la
conciliación obligatoria que vienen pidiendo. El funcionario definió el
pedido de los gremios como "esquizofrénico" porque la conciliación "es
una herramienta para gente que quiere sentarse a dialogar". Y aclaró que
para el gobierno el dictado de esa medida significaría "extender el
conflicto unos días", razón por la que convocó a resolver la disputa
"ahora, sentándose en una mesa". Dietrich también cuestionó la
representatividad de los dirigentes sindicales, a quienes diferenció de
los empleados de la empresa. En ese sentido, dijo que "la gente (con ese
término se refirió a los trabajadores aeronáuticos) no quiere hacer
paro en Aerolíneas".
Las palabras del ministro fueron la punta de
lanza de un plan que el gobierno ya tenía en mente y ahora se decidió a
apurar: el ajuste de la empresa. La devaluación y los mayores costos
hicieron que el déficit cero que se aguardaba para 2019 se convirtiera
en una necesidad de aportar $ 13 mil millones a lo largo del año para
asegurar el funcionamiento de Aerolíneas y de Austral. Según medios
oficialistas, fue el propio presidente Mauricio Macri el que decidió
patear el tablero y avanzar con reducciones de personal y de
equipamiento: ya estaría resuelto no renovar el leasing de dos Airbus
340, lo que obligaría a reducir la frecuencia de algunas rutas
internacionales.
La respuesta
Los gremios respondieron que
Dietrich "se rasga las vestiduras hablando de un diálogo que nunca
existió. La empresa que él administra incumple los acuerdos salariales
preexistentes, sanciona a los trabajadores cuando ejercen su derecho a
reclamar y con paritarias vencidas no convoca a recomponer salarios en
un contexto de país en donde la inflación nos degrada el poder
adquisitivo día a día".
En ese marco, SAU ratificó su plan de lucha y
no descartó nuevas medidas de fuerza a futuro. La Asociación Argentina
de Aeronavegantes (AAA) se mantiene al margen, ya que sus afiliados no
sufrieron suspensiones. No obstante, el martes realizará asambleas en el
lugar de trabajo de 4 a 7 de la mañana en el marco en el marco de una
convocatoria de la Confederación Argentina de Trabajadores del
Transporte (CATT).
Gustavo Lipovich, investigador especializado en
mercado aerocomercial, destacó que el paro sindical del lunes fue
anunciado con tiempo, a diferencia de otras medidas previas que el
gobierno objetó por sorpresivas. "Hasta el momento no se dictó
conciliación. Por lo tanto, la cancelación de los vuelos pone a la
empresa en un lugar de lockout patronal. La propia administración de
Aerolíneas decide mantener la falta de diálogo y profundizar el
conflicto", agregó.
Para Lipovich, el procedimiento de la compañía
"expresa claramente un direccionamiento: el gobierno promueve la puja
porque busca capitalizar la repercusión. De esa manera corre el foco y
es funcional a las hipótesis de apoyo concreto a otras líneas aéreas, en
particular a las lowcost. La idea es romper el diálogo y después
provocar una agudización del conflicto”. «
En medio de la disputa que
trenza al gobierno y a los gremios aeronáuticos, la aerolínea lowcost
Flybondi lanzó una campaña en la que se ofreció a proporcionar pasajes a
legisladores a tarifas por un costo 50% inferior al que actualmente
demandan esos tickets al Estado nacional.
La publicidad es un paso
más en el llamativo derrotero de la empresa en el país. Flybondi, que
vendió pasajes antes de operar, que hizo lobby para que le habilitaran
el aeropuerto militar de El Palomar, que fue noticia –y eje de numerosas
bromas- por distintas irregularidades en vuelos varios, esta vez se
ofreció como alternativa para “bajar el gasto público”.
Con ese
mensaje la empresa hizo gala de su sentido de la oportunidad, porque
logró meterse en la agenda económica dominada por el acuerdo con el FMI y
los recortes presupuestarios que hacen prever un 2019 de cinturones muy
ajustados.
Pero en el mismo movimiento apuntó contra el jugoso botín
que gastan anualmente en viajes los diputados y senadores. Solamente el
presupuesto de la Cámara Baja para el corriente ciclo preveía un gasto
de $ 92.937.057 en términos de pasajes y viáticos, que no tienen costo
para los legisladores pero el Estado debe abonar.
Los gremios y
analistas acusan al gobierno de Cambiemos de presionar a los
aeroportuarios con la intención de achicar el negocios de Aerolíneas
Argentinas en favor de las empresas que juegan dentro de lo que dieron
en llamar oficialmente como la Revolución de los Aviones.