El Gobierno abrió una grieta enorme y le echa sal
Entrevista al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá
“El Gobierno abrió una grieta enorme y le echa sal”
El mandatario provincial propone la unidad del peronismo, sostiene que hay 2019 y que debería armarse una primaria junto a la izquierda y los movimientos sociales.
Por Sebastian Abrevaya Imagen: Leandro Teysseire
Alberto Rodríguez Saá viste un saco azul brillante. Gesticula, mueve las manos, se explaya con la voz y con el cuerpo. En su brazo izquierdo asoma un smart watch que en uno de sus tantos movimientos se prende y muestra una imagen del ratón Mickey. Nosotros no renunciamos al poder, no renunciamos a cumplir el sueño de la gente, no renunciamos a cumplir nuestras ideas, asegura durante una entrevista de Página12. El gobernador de San Luis propone la unidad del peronismo y la realización de una gran primaria de la que también participe “la izquierda y los movimientos sociales. Hay 2019, hay un amanecer, repite con optimismo mientras plantea que no es momento para hablar de candidaturas. Sobre el gobierno de Mauricio Macri, es lapidario. Asegura que en lugar de cerrarla, ha profundizado la grieta enormemente, a un nivel muy parecido al 55. El Gobierno abrió una grieta enorme y le echa sal para que sea más dolorosa y más tremenda, advierte.
–Parece que las elecciones fueron hace una eternidad pero no pasaron
todavía ni cuatro meses. ¿Cómo fue que en San Luis lograron dar vuelta
en las generales de octubre la derrota de las primarias?
–Nosotros
leímos mal el partido, perdimos el primer tiempo por 3 a 0, leímos bien
el primer tiempo y nos manejamos muy bien en el vestuario y ganamos 5 a
3. Esto en síntesis es habíamos leído mal la situación social, creíamos
que los números del Indec tenían algo que ver con la realidad y no
tienen absolutamente nada que ver. La realidad es mucho más grave de lo
que se marca. Bueno, esto leímos nosotros, además leímos a Duran Barba,
que es un genio de la manipulación de la opinión pública, con esto de la
posverdad. Y bueno, si vos lo lees o aplicas sus reglas o sus
antídotos.
–¿Qué balance hace de la marcha contra el ajuste que se realizó esta semana en la 9 de julio?
–Me
pareció histórica, importantísima y yo diría muy buena. La
movilización, que hubo tantas deserciones o poco acompañamiento o
retaceos, resultó una de las movilizaciones más importantes que se han
visto en el país. Los discursos y me parecieron excelentes porque marcan
perfectamente la situación del país y el camino a seguir en las luchas
sociales. Y fue insinuado que esto se convierte en un plan de lucha, que
va a tener de alguna manera un marco teórico que no necesita tanto. Yo
digo siempre que es muy fácil hacer el plan porque solamente es tomar
los carteles o los slogans que van llevando en las marchas y ahí esta la
esencia, que es el programa, la gente hablando, la calle habla.
–El
Gobierno calificó a la marcha como motorizada por el kirchnerismo y por
Hugo Moyano para defenderse de cuestiones judiciales...
–Esa es la
denostación. Tal vez fue innecesario que Moyano hablara de su situación
porque la marcha evidentemente tenía otro perfil y buen eso el Gobierno
tira sobre esa cuestión, con bastante eficacia porque embarra la chancha
y no quiere escuchar el reclamo de la gente. Inclusive algún ministro
dijo que no había escuchado ninguna propuesta, bueno nadie puede esperar
que en una marcha se lean proclamas o propuestas de 40 paginas, porque
es un absurdo. La propuesta es un cambio en la política del gobierno en
el tema económico y social.
–Habló de deserciones o retaceo de apoyo
por parte de algunos gremios. La CGT está atravesando una crisis y es
posible que se produzca una fractura. ¿Eso debilita a la oposición y
favorece al Gobierno?
–El gremialismo uno anhela que esté unido y
que abrace y nos marque un camino, una ruta en la lucha contra el
hambre, contra la desocupación, contra la problemática de los jubilados,
los excluidos, la problemática de la mujer. El gremialismo sobretodo
últimamente, ha hecho gremialismo sin política. El gremialismo peronista
es peronista y tiene que hacer política y abrazar las causas y las
banderas nuestras. Y el miércoles Moyano, los dirigentes que hablaron,
cada uno mejor que otro, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Pablo Micheli,
todos ellos marcaron claramente la cancha en este sentido. Eso me hace
vislumbrar que éste puede ser un camino no solo a la unidad, sino a la
unidad de los que tienen que estar unidos.
–También hay una situación
de mucho debate en el peronismo sobre la unidad y un sector que no
acepta participar si el kirchnerismo está adentro. Hablo de dirigentes
del Frente Renovador como Graciela Camaño...
–Eso es dolorosísimo y
por ahí nosotros mismos hemos entrado en el juego. El Gobierno abrió
una grieta enorme y le echa sal para que sea más dolorosa y más
tremenda. No solo contra el kirchnerismo y el Gobierno pasado sino
contra todo aquel que piense distinto. Contra los movimientos sociales,
contra los gremialistas, contra los empresarios, contra la política en
general, contra los jueces, contra los medios y contra todo. Y esa
grieta la ha profundizado enormemente a un nivel muy parecido al 55.
Falta que prohíban la marcha peronista. Si uno dice que es peronista se
produce toda una campaña de desprecio, de ninguneo, de agresión. Pero
bueno, el Gobierno no se conformó con esto. Después de que tenía abierta
la grieta y dividió a los argentinos enormemente, generó lo siguiente:
nos dividió. El Gobierno nos dividió. En una reunión parecida a la que
sucedió estos días en Chapadmalal, que ellos le llaman algo así como un
retiro espiritual, que sucedió el año pasado, la señora gobernadora de
la provincia de Buenos Aires dijo ‘quiero un peronismo dividido en tres’
y logró un peronismo dividido en tres. Que zonzos nosotros, que vivos
ellos. Entonces si viene una acción de maldad, por otro lado nosotros no
podemos cometer tantos errores.
–Usted dijo una frase que prendió rápido entre la oposición y es “hay 2019”. ¿Qué significa?
–Alguien
dijo ‘no hay 2019’ y eso fue de una gravedad enorme. La dirigencia, los
humildes, los trabajadores, los jubilados, los que están padeciendo en
este momento problemas, hemos depositado nuestros sueños en el peronismo
para que el peronismo los cumpla y entonces haya justicia social,
reivindicaciones de la mujer, derechos del niño. Nos dicen ahora que no,
que nosotros no vamos a cumplir los sueños porque no hay 2019. Entonces
la gente se desmoraliza y los dirigentes, los avivados, los obreros
salen corriendo a buscar otro espacio, nos genera un drama terrible. Es
un renunciamiento al que no estamos dispuestos nosotros. Entonces lo
primero que hay que decir en este momento es que hay 2019, que no
renunciamos al poder, no renunciamos a cumplir el sueño de la gente, no
renunciamos a cumplir nuestras ideas, no renunciamos al camino que debe
llevar a una transformación, revolución o los sueños peronistas.
–¿Y eso cómo se logra? ¿Compitiendo en una gran primaria?
–Ahora
vienen distintos pasos. Primero ‘hay 2019’. Entonces empezamos a
agruparnos. Una vez que estemos agrupados tenemos que cambiar nuestros
discursos. Nuestro discurso ahora es responder a Duran Barba que nos
dice: ‘el pasado’, ‘el pasado’. Nosotros no tenemos que responder a eso,
tenemos que mostrarle a la Argentina un amanecer con nuestras ideas,
cómo se hace, cómo es ese amanecer. Todas estas luchas sociales, todos
estos programas es lo que vamos a hacer nosotros cuando lleguemos y
vamos a cumplirlo. Si decimos: nos gusta ese amanecer, entonces tenemos
que ir unidos. Pero sin candidatos. ¿Para que nos vamos a pelear por el
candidato porque no es el mismo que tengo yo o que tenés vos en la
cabeza? Trabajemos para las reglas de juego. Hagamos unas PASO, una gran
interna en el campo popular, que no solo tiene que estar el peronismo,
sino también tiene que participar la izquierda, los movimientos
sociales, todos.
–Usted en su momento fue competidor de Cristina
Fernández, presentó su propia candidatura por el partido Compromiso
Federal. ¿Cómo explica que ahora integre en una primaria con el
kirchnerismo?
–Vos sabés que no me acuerdo...
–Pasaron muchas cosas en la Argentina en este tiempo pero no fue hace tanto, fue en 2011...
–No me acuerdo. Los caballeros tienen mala memoria.
–Hace
unos días, su hermano, el senador Adolfo Rodríguez Saá, y su compañera
Eugenia Catalfamo, renunciaron al interbloque del peronismo federal y
eso abrió especulaciones sobre un posible acercamiento al Frente para la
Victoria. ¿Se viene un interbloque con el kirchnerismo?
–El Senado
es un ámbito especial. Cada uno de los senadores tienen calidades
enormes y gran conocimiento de la vida política. Entiendo que hubo un
incumplimiento de reglas de juego en el reparto del poder del Senado.
Ahora Adolfo verá lo que harán en el futuro. Pero no es dos mas dos es
cuatro. Fue de alguna manera transparentar una situación y comenzar un
camino a partir de esta nueva realidad.
–Usted visitó a Milagro Sala
en la cárcel, antes de que le otorgaran la prisión domiciliaria, la
consideró una presa política. ¿Al resto de los dirigentes opositores
detenidos sin condena también los considera presos políticos?
–Bueno,
Milagro Sala es una presa política. Es una dirigente social de las
culturas originarias, una dirigente indigenista. A ella la ponen presa
por un acampe. El juez la llama y le pone prisión preventiva por una
falta municipal, cuando la pena mayor era barrer la calle, un trabajo
social o una contravención. Y también por asociación ilícita. Es como si
vos vas con dos compañeros tuyos y uno te dice ‘bueno, che estaciona el
auto acá’. Vos respondés ‘no pero tengo el cartel de prohibido
estacionar’ y lo estacionan igual. Entonces ahora tres o más se pusieron
de acuerdo para cometer un ilícito, y te meten a vos prisión preventiva
por asociación ilícita que es un absurdo tan grande... Es tan claro que
es una presa política, que los organismos internacionales así lo han
dicho. Yo no quiero entrar a decir quiénes de los que están presos son
presos políticos y quienes no. Si digo que el caso de Milagro Sala no es
el único, y que la justicia está actuando con mucha arbitrariedad.
–El
tema de la corrupción divide aguas en la oposición. Algunos plantean
que no pueden hacer un frente con dirigentes que tienen causas por
corrupción. ¿Comparte eso?
–Nadie puede conducir y mirar un amanecer
si está mirando para atrás. Eso es lo que nos impone el gobierno. Ha
logrado esto que nosotros estemos discutiendo el pasado y no estemos
discutiendo el presente y el futuro. Entonces como hace el gobierno, ve
la marcha del miércoles y pone los nombres y dice éste es kirchnerista,
éste es aquel, como diciendo son una bolsa de gatos, pero una bolsa de
gatos unida es lo que les duele. Entonces nosotros debemos mirar el
futuro. Cada grupo o agrupación o parte del movimiento peronista o
partidos que conforman nuestro frente, harán su autocrítica pero es un
problema de otros no del conjunto. Yo no le puedo decir a los compañeros
que hagan una autocrítica si yo no me la hago pero es problema mío que
yo me haga la autocrítica. Que creo que la mejor autocrítica es mirar el
futuro y unirnos.
–¿El Gobierno nacional sigue sin cumplir con el pago del fallo de la Corte Suprema sobre la copartipación federal?
–Las
provincias tienen cada vez menos fondos, no solo San Luis, sino todas.
Cada medida del gobierno le saca plata a las más pobres y las transfiere
a sus amigos, es un excelente plan de negocios y un pésimo plan de
gobierno el que hacen. Las provincias que firmaron el pacto fiscal hoy
están casi todas en default. Y San Luis, que no lo firmó, también está
al borde del default. Nosotros estaríamos dispuestos con muchísima
responsabilidad a viabilizar un camino de pago conveniente para las
partes. Porque tampoco queremos que el Gobierno desfinancie alguna
actividad social para pagar a San Luis. Bueno estamos dispuestos a
escucharlos, nosotros necesitamos un plan de pago porque ese plan de
pago lo convertimos en obras.