Defensa en equipo.Otro escándalo para Cambiemos
Pagina 12: El secretario general de la Presidencia, Fernado de Andreis, de quien depende el funcionario acusado de ocultar 1,2 millones en Andorra, dijo que es un asunto "privado". La Oficina Anticorrupción pedirá informes sobre la situación de Díaz Gilligan, que en su defensa argumenta que no obtuvo rédito alguno por ser titular de la cuenta donde se depositó el dinero.Otro escándalo para Cambiemos.De Andreis, junto a Patricia Bullrich, en la conferencia de prensa en la que apoyó a su número dos. En medio de un nuevo escándalo que involucra a uno de sus funcionarios, el Gobierno se abroqueló en defensa de Valentín Díaz Gilligan, el subsecretario general de la presidencia, acusado de haber ocultado 1,2 millones de dólares en el paraíso fiscal de Andorra. Fernando de Andreis, su superior como secretario general de la Presidencia, salió a decir que “todo está a disposición de la justicia y de la Oficina Anticorrupción para que realice las investigaciones que sean necesarias” y que el Gobierno “está tranquilo con las explicaciones que viene dando” el funcionario, de quien negó que tenga vínculos con una empresa offshore.De Andreis habló en Chapadmalal, adonde Macri y sus funcionarios
viajaron para un “retiro” en el que planean revisar la gestión. La
llegada a la costa los sorprendió con la revelación del diario El País
de Madrid, que afirma que Díaz Gilligan ocultó el dinero, equivalente a
980 mil euros, a nombre de Line Action, una firma británica de
intermediación de futbolistas. El hoy número dos de De Andreis se
mantuvo en Line Action hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando vendió su
parte en la sociedad tras ser nombrado Director de Turismo del gobierno
porteño once meses antes.
Díaz Gilligan se defendió alegando que le
hacía un favor a Paco Casal, el hombre fuerte del fútbol uruguayo quien,
según explicó el funcionario en diálogo con el diario español,“tenía
problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco
que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía.
Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba
como autónomo”. Así, negó que el dinero fuese suyo y que figuró en la
operatoria como una forma de ayudar al empresario uruguayo. “No obtuve
compensación alguna por parte de la empresa mencionada. Ni sueldo, ni
honorarios, ni dividendos. Ni durante ese período, ni tampoco
posteriormente”, agregó a Télam sobre una información que definió como
“falsa”, respecto de una empresa que se nutría de venta de jugadores
uruguayos.
En esa misma línea ensayó hoy su defensa De Andreis al
afirmar que su subordinado “no tiene ninguna empresa offshore ni nada
que se le parezca, sino que asesoró a distintas compañías argentinas y
extranjeras, y ésta es una de ellas”. Así las cosas, la Oficina
Anticorrupción que conduce Laura Alonso pedirá a Díaz Gilligan que
aclare la situación, "como viene sucediendo desde que somos gobierno",
estimó De Andreis.
En principio, la OA solicitará permiso para que
se abran los anexos reservados de las declaraciones juradas presentadas
por Díaz Gilligan mientras fue funcionario en la órbita porteña y en la
Nación. También pedirá “medidas de prueba” adicionales: el organismo
quiere que la Banca Privada d´Andorra informe sobre la cuenta y cruzará
datos a la Unidad de Información Financiera. En el pequeño país ubicado
entre España y Francia rigió el secreto bancario hatsa hace un año.
"Según
la ley vigente, los funcionarios deben declarar el patrimonio que
poseen al momento de asumir el cargo y sus antecedentes laborales de los
últimos 3 años", se justificaron desde la OA para avalar el
procedimiento., que también incluye el pedido a la Ciudad "para que
informe si, en ese ámbito, el funcionario estaba obligado a presentar
declaraciones juradas y envíe copias de las mismas". Durante el paso de
Díaz Gilligan por la Ciudad, cuando era asesor, se abrió la cuenta en
Andorra, hace seis años, y se cerró recién dos años después.
Ya
llevaba casi un año en el área de Turismo cuando se apartó de Line
Action. “No me parecía bien continuar, ya que ocupaba un cargo político.
Tenía una exposición pública, no quería estar en una sociedad donde no
tenía ningún control”, se defendió ante El País respecto y explicó que
“no era ilegal” lo que hacía y “no me generaba ningún ingreso”.
Díaz
Gilligan es un hombre vinculado al fútbol. No sólo por su amistad con
Casal, uno de los hombres más poderosos del negocio en América Latina.
Hoy ocupa un cargo de vocal en la comisión directiva de River y fue
socio con Eduardo Spinosa, hoy presidente de Banfield, en dos empresas
de eventos deportivos.