Una gran movilización agrupó y puso los conflictos en la Plaza de Mayo
Una gran movilización agrupó y puso los conflictos en la Plaza de MayoDesde el palco los oradores exigieron un paro nacional para poner fin a los despidos y reincorporar a los cesanteados.
Alfonso de Villalobos / @alfondevil
La convocatoria a un paro nacional por parte de la Asociación de
Trabajadores del Estado (ATE) fue acompañada con una movilización a la Plaza de Mayo que, por las obras, pudo llegar hasta Bolívar. Los 15 mil manifestantes, según estimaron los organizadores, se ubicaron a lo largo de la avenida de mayo.
Los trabajadores estatales están siendo blanco de una nueva oleada de
despidos que llegaron a cuatri mil sólo durante el mes de enero. Por
eso la marcha tuvo como protagonistas salientes a los trabajadores del
INTI que partieron temprano desde las instalaciones de Migueletes con
unos treinta micros y decenas de automóviles, lo mismo los trabajadores
del Hospital Posadas que fue otro de los cuatro puntos de encuentro
elegidos por los organizadores para dar comienzo a la jornada. Las otras
columnas avanzaron desde el Puente Pueyrredón y desde la autopista
Richeri. Luego confluirían en 9 de Julio y avenida de Mayo para marchar
juntos hasta la plaza.
También estuvieron los mineros del carbón del
Río Turbio que, al igual que los trabajadores del INTI, mantienen su
planta ocupada hace semanas en rechazo de los 500 despidos, los
trabajadores del Senasa y los integrantes del Ballet Nacional que
resisten el cierre. También participaron los docentes universitarios de
la CONADU Histórica.
Pero la marcha, que se adelantó a la
convocatoria impulsada por Hugo Moyano y que fue avalada por el Consejo
Directivo de la CGT para el 21 de febrero, se transformó en un punto de
referencia y agrupamiento de más sectores que excedieron a los empleados
públicos.
Comenzando por los movimientos sociales agrupados en el
triunvirato piquetero (CTEP, CCC, Barrios de Pie) y el Polo Obrero que
aportaron miles de manifestantes. Trabajadores del sector privado
también estuvieron a través de la Federación Azucarera Regional que
contabiliza más de mil despidos, los aceiteros, el Sindicato de Prensa
de Buenos Aires, el Sindicato Único del Neumático de la Argentina
(SUTNA), el SITRAIC, la seccional oeste de la Unión Ferroviaria entre
otros sindicatos y sectores en conflicto que vieron en la movilización
una vía para que se expresen sus reclamos.
Ya en la plaza, pasadas
las 14 horas, hicieron uso de la palabra varios oradores empezando por
Nora Cortiñas que, en nombre de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora,
señaló que “todos los despedidos son imprescindibles” y reclamó su
incorporación.
Luego hablaron los representantes de los conflictos
que se están desarrollando: Rafael Vargas de la Federación Azucarera
Regional del NOA, los delegados del INTI, del SENASA y del Hospital
Posadas.
Luego fue el turno de los sindicatos y organizaciones
convocantes. La apertura estuvo a cargo de Romina Del Plá, secretaria
general del Suteba La Matanza, dirigente de la Coordinadora Sindical
Clasista y diputada nacional por el Frente de Izquierda. También
hicieron uso de la palabra Freddy Mariño de la Corriente Clasista y
Combativa, Tato Dondero del SiPreBA, Rafael Klexer de la CTEP, Jorge
Adaro de Ademys y Walter Córdoba de Barrios de Pie. El cierre estuvo a
cargo de Ricardo Peidro secretario adjunto de la CTA "Perón".
En la
apertura, Del Plá destacó que la movilización hizo “confluir los
conflictos, desde el sur hasta el norte del país” y puso sobre la mesa
“el método de la huelga y la ocupación para enfrentar los despidos”.
Además, destacó que “al igual que los cacerolazos nocturnos contra la
reforma previsional, los conflictos están siendo acompañados por
verdaderas puebladas como en Azul, el Río Turbio y en San Ignacio”. Por
último, planteó que “es necesario un paro activo nacional para derrotar
el plan de guerra del gobierno”. Si bien adelantó que su corriente
“participará en la jornada del 21 y en todas las instancias que se
presenten”, propuso “un congreso de delegados de base con mandato porque
no pueden negociar por nosotros los burócratas que negociaron la
reforma laboral”.
La marcha, referenciada en los conflictos
existentes, cumplió su objetivo de ofrecerse como una continuidad de las
movilizaciones contra la reforma previsional de diciembre y de
inaugurar el ciclo de movilizaciones que deberá enfrentar el gobierno en
2018 si es que pretende seguir avanzando con los despidos y las
reformas que todavía no ha podido implementar