Paro Bancario
La Bancaria anunció que parará el 9, el 19 y el 20 en todo el país en repudio a la magra oferta salarial.Los bancarios le quitan tres días a febreroEl titular del gremio, Sergio Palazzo, aseguró que la negociación paritaria está empantanada porque las cámaras patronales son funcionales al Gobierno. Ofrecen una suba del 9 por ciento y sin cláusula gatillo.
“Insisten con el 9, paramos el 9”, dijo el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, cuando anunció el paro general de su gremio haciendo coincidir la fecha de la medida de fuerza con el magro porcentaje que ofrecen las cámaras bancarias a modo de incremento salarial para este año. Ayer, luego de un plenario de secretario generales de la AB, anunciaron también que de no mediar un avance en la discusión paritaria realizarán un paro de 48 horas previsto para el 19 y 20 de febrero, que no sólo constará con el cierre de las sucursales bancarias sino que además no se cargarán los cajeros automáticos.
“Hace
cuarenta días que nos vienen chantajeando para imponer sólo un 9 por
ciento de aumento, sin considerar la inflación pasada, la futura, que
superará el 20 por ciento, e incluso la propia pauta del Gobierno”,
señaló el gremio en un comunicado.
La negociación paritaria está
empantanada porque según afirmó Palazzo las asociaciones bancarias “son
funcionales al gobierno” y no se mueven de la oferta realizada el primer
día. En esta compleja coyuntura para los empleados bancarios, la semana
pasada el Ministerio de Trabajo que conduce Jorge Triaca decidió anular
el aporte solidario de los trabajadores no afiliados. Para La Bancaria
es una medida “ilegal” porque dicho ítem está incluido en la paritaria
2017 y sólo podría anularlo recién en el marco de la negociación
salarial que está en curso. Para la dirigencia bancaria estas maniobras
forman parte de la política antisindical que desarrolla el gobierno de
Mauricio Macri.
En tal sentido, el plenario de secretarios generales
realizado ayer facultó a la conducción nacional del gremio a “realizar
paros de 24, 48 y 72 horas a nivel nacional y los que sean necesarios
durante el mes de febrero”. Poco después y en una conferencia de prensa,
Palazzo advirtió que los trabajadores “pueden aguantar seis o siete
meses de ahogo” pero al mismo tiempo se preguntó “si los bancos pueden
aguantar un conflicto de 10, 20 o incluso de 30 días”. El sindicalista
resaltó que una medida de acción directa de este tipo no es conveniente
para el universo bancario en general pero sobre todo para las entidades
pequeñas: “A los dos o tres días, los bancos chicos tienen que cerrar o
darnos el aumento y no sé qué provincia que tiene a un banco privado
como agente financiero se aguanta tres o cuatro días sin plata” en el
distrito. La referencia del dirigente está relacionada con la ola
privatista que el gobierno de Carlos Menem implementó en los años
noventa donde buena parte de los gobiernos provinciales se desprendieron
de sus bancos dejando el manejo de los dineros públicos en manos de
entidades privadas.
La llegada de Cambiemos al poder significó para
los empleados bancarios unas complejas y reñidas negociaciones
paritarias. Por ejemplo, el año pasado la discusión con las cuatro
cámaras patronales incluyó también medidas de fuerza. Tan importante fue
la pelea que se terminó de resolver unas horas antes que comenzara un
paro de 72 horas. También era febrero y en esa oportunidad consiguieron
un 24,3 por ciento con una cláusula gatillo que se aplicaba de manera
directa una vez que la inflación superara el 19,5 por ciento. Dicha
cláusula se aplicaba además de manera retroactivo al primer día de enero
de 2017. Incluso en aquella oportunidad el gremio tuvo que recurrir a
la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo donde logró que les
avalaran la cautelar que habían presentado para que las cámaras
patronales cumplan con lo acordado en la negociación paritaria que, por
otra parte, había logrado perforar el techo del 17 por ciento que el
gobierno pretendía imponer en ese año. Incluso la Casa Rosada llegó a
impulsar denuncias contra esos jueces laborales y poco después se
utilizó para denunciar la existencias de mafias dentro del fuero
laboral.
Ahora la historia parece repetirse pero con mayor crudeza
porque las patronales por ahora se niegan a mejorar la oferta y mucho
menos incluir la cláusula gatillo tal como presiona el gobierno
nacional. Es probable que la oferte suba al 15 por ciento como pretende
el macrismo pero que los bancarios rechazan de plano.