Lula habló ante miles de seguidores en San Pablo tras la polémica condena
Lula habló ante miles de seguidores en San Pablo tras la polémica condena“No pueden apresar el sueño de libertad”
El ex mandatario brasileño repudió el fallo y dijo: “Tengo que decirle a la elite brasileña, esperen porque vamos a volver”. Su defensor Zanin habló de “guerra jurídica” y no descartó llevar la causa a una Corte internacional. Por Dario Pignotti - Pagina 12
Los cánticos de los seguidores de Lula denotaban bronca contra “burgueses” y “patrones”.
“Tengo que decirle a la elite brasileña, esperen porque vamos a volver”
avisó ayer Lula horas después que una cámara de apelaciones de la sureña
Porto Alegre lo condenó en el contexto de un “pacto entre el Poder
Judicial y los medios para acabar con el PT”.
“El pueblo fue condenado” denunció ante miles de seguidores en la Plaza da República, en el centro de San Pablo.
“Ellos pueden apresar a Lula pero no pueden apresar el sueño de libertad ni la esperanza”.
Vestía
una remera negra y su voz sonaba cansada al pronunciar el tercer
discurso en menos de 24 horas: el primero había sido el martes ante unas
70 mil personas en Porto Alegre y el segundo en la mañana de ayer en el
Sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo, en el cordón
industrial paulista.
Según rumores no quiso permanecer en la capital
“gaúcha” para evitar que los magistrados del (Tribunal Regional Federal
4)TRF-4 se sintieran presionados.
“Fui condenado por un maldito departamento que no tengo, ahora que me condenaron que me den el departamento”.
En
tiempo record, menos de seis meses cuando lo habitual es demorar más de
un año, el TRF-4 analizó y ratificó la sentencia de Sergio Moro. Para
el magistrado de primera instancia de Curitiba y mentor de la causa Lava
Jato, la constructora OAS coimeó al imputado con un inmueble en la
popular ciudad balnearia de Guarujá.
Al caer la noche en San Pablo,
el aspecto del ex presidente era el de un hombre dispuesto a seguir
dando pelea: en esa misma plaza se realizaron las movilizaciones en
demanda de “Elecciones Directas Ya” en los primeros años 80, que fueron
los últimos de la dictadura.
No se puede descartar que la celeridad
de los camaristas fue para anticipar la proscripción de un Lula al cual
las encuestas sitúan como favorito a vencer en los comicios del 7 de
octubre. Y si su curva de crecimiento sigue avanzando como en los
últimos meses, podría ser electo sin necesidad de ir a un ballottage.
“Yo ya fui presidente, llevo años en la política pero ante esta provocación quiero volver a serlo”.
Antes
de hacer uso de la palabra el hincha de Corinthians y ex tornero
mecánico Lula observó con atención el discurso de un dirigente sindical.
“Con
Lula ganamos uno a cero en las elecciones de 2002, dos cero en 2006,
tres cero y cuatro cero con Dilma, ellos le tienen miedo del cinco cero
que se viene este año en las elecciones, ellos le escapan a Lula como el
diablo a la cruz”.
Los cánticos del público, donde había un importante número de sindicalistas, denotaban bronca contra “burgueses” y “patrones”.
Al
contrario de lo que ocurría en la Plaza de la República, en la
financiera Avenida Paulista se concentraba el Movimiento Brasil Libre
(MBL) para festejar una eventual prisión del ex gobernante.
Tan
exultantes como el ultraderechista MBL estaban los operadores de la
Bolsa de Valores de San Pablo que cerró sus operaciones con un alza
record del 3,72 %.
En la Plaza de la República había globos de la Central Unica de Trabajadores y banderas del PT superpuestas con las del MST.
Ante
la agresión judicial, las fuerzas populares y progresistas archivaron
sus disputas para agruparse y fortalecer el “Frente Brasil Popular”
surgido antes del golpe contra Dilma Rousseff.
“Yo nunca mi hice
ilusiones con el resultado de este juzgamiento” comentó al realizar un
balance de un fallo sorprendentemente duro.
El TRF-4 de Porto Alegre
exhibió su espíritu de cuerpo judicial al avalar la condena de Sergio
Moro. Y no sólo eso. Podría afirmarse que los camaristas fueron más
moristas que el propio Moro dado que aumentaron la condena inicial de 9
años y seis meses a 12 años y un mes. Lo hicieron pese a reconocer la
inexistencia de pruebas materiales que demuestren que el líder del PT es
el dueño del departamento.
El instructor el caso, Joao Pedro Gerban,
planteó que no es necesario contar con una prueba contundente y basó
parte de su voto en la confesión Leo Pinheiro, uno de los propietarios
de la constructora OAS. El empresario delator fue premiado por el TRF-4
con la reducción de su condena gracias a lo cual cual puede recuperar la
libertad.
Con esta resolución unánime se redujo el margen de
maniobra de los abogados de Lula, quienes tendrán menos opciones para
presentar apelaciones.
Si el resultado en el TRF-4 hubiera sido de 2 votos a 1 habría un menú más amplio de cuestionamientos.
Cuánto
más se tarde en llegar al Supremo Tribunal Federal mejor para Lula y la
presentación formal de su candidatura el 15 de agosto con vistas a las
elecciones del 7 de octubre en las que se proyecta como favorito con una
intención de votos cercana al 40 por ciento, más del doble de su
principal perseguidor, el capitán retirado Jair Bolsonaro.
Suenan
tambores de guerra política en un Brasil posdemocrático cuyo presidente,
Michel Temer, dijo ayer en el Foro Económico de Davos que gobierna un
país donde impera la “normalidad” institucional (ver página 12).
Con
este fallo el TRF-4 anunció que buena parte de la corporación judicial
hará lo que esté a su alcance para impedir la candidatura del jefe
petista.
En sus discursos exaltantes de la moral y despreciativos
hacia la política los camaristas no dejaron dudas sobre su determinación
de actuar al margen de la ley para proscribir al favorito en las
elecciones.
Cristiano Zanin, defensor de Lula, afirmó que la cámara
portoalegrense “reforzó hoy que este proceso es parte de la guerra
jurídica contra Lula para tornar inviable o perjudicar su actuación
política....esta situación tiene un componente político muy fuerte”.
Zanin
no descartó llevar la causa a una corte internacional durante una
conferencia de prensa que ofreció junto al abogado australiano Joeffrey
Robertson, que denunció los atropellos de Moro y las violaciones de las
garantías de Lula ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas.
También estaba José Roberto Batocchio, otro integrante de la
defensa, quien equiparó el “verde oliva” de los militares que gobernaron
durante la dictadura con el “negro de las togas” de los magistrados que
persiguen a Lula, y propuso que en Brasil se institucionalice el juicio
a los magistrados, algo que ya ocurría en la Roma antigua, aseguró.