Victor Santa Maria: Alertó contra “la instalación del miedo”
“Mienten para armar una puesta en escena”El director del Grupo Octubre, editor de este diario, y dirigente gremial y político dijo que “una democracia de calidad no puede basarse en el objetivo de acallar voces distintas”. Alertó contra “la instalación del miedo”.Por Martin Granovsky
Presidente del Partido Justicialista porteño, diputado del Parlasur, secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal, director del Grupo Octubre, editor de PáginaI12, entre otras funciones, Víctor Santa María reaccionó frente a lo que definió como una publicación “en cadena” de La Nación y Clarín del domingo y parte de “una andanada que se produce cada tres meses” con intervención del Gobierno.
–Yo podría decir que estoy sorprendido porque el mismo día Clarín y La
Nación, y ningún medio más, hicieron eje en mi persona –afirmó Santa
María a este diario–. Pero a la vez no me sorprende. Cada tres meses
algunos grandes medios de comunicación, en general los mismos, se
dedican a refritar versiones en función de objetivos que desconozco.
Pueden ser objetivos políticos, pueden apuntar a las organizaciones
gremiales o pueden buscar un efecto que cambie el mapa de los medios en
la Argentina. No lo sé porque no tiene sentido juzgar intenciones
ajenas. Sí tiene sentido, en cambio, analizar cuál es el efecto que
producen maniobras como éstas y cuál es la naturaleza del origen desde
donde salen los ataques.
–¿Por qué habla de ataques?
–Porque
lo son. ¿Nos atacan porque, otra vez, creen que un medio es un
obstáculo y quieren barrerlo de la superficie? ¿O están buscando
condicionar a la dirigencia sindical para que no ejerza una posición
libre? Ya dije varias veces que no tengo una cuenta en Suiza. ¿Por qué
insisten? Mienten para armar una puesta en escena. Si no la tengo, mal
podría mi madre haber blanqueado dinero en relación a esa cuenta que no
existe, ¿no? Si el sindicato tiene empresarios que proveen servicios,
¿debo examinar quién entró en el blanqueo y quién no? ¿Cómo es la
historia? ¿El Gobierno se obsesiona por el secreto en un caso y en otro
caso permite que sectores del Estado ventilen secretos? No tengo
citación judicial del fuero federal. ¿Están buscando condicionar a la
Justicia justo en el momento en que además, insisto, se discute la
reforma laboral?
–Son preguntas.
–Tengo las respuestas.
La realidad es que el atacado es un medio que, como sucede con
PáginaI12, expresa posiciones editoriales diferentes a las posturas
hegemónicas del gobierno nacional en materia de derechos humanos,
garantías individuales, políticas económicas macro, derechos sociales,
tarifas, inflación o endeudamiento. No se trata de pensamiento único
porque el diario refleja informativamente qué hace el Gobierno, qué
busca y cuál es su lógica. Se trata de investigar, de buscar
información, de publicarla y de abrir el debate al pensamiento crítico.
No sé cuál será el futuro. No sé cuál será la relación de cada medio con
el poder económico y con el poder político, y qué buscará el poder
político de los medios. Pero en la Argentina de hoy es evidente que, con
excepciones individuales relacionadas más bien con posiciones
profesionales de algunos periodistas, los grandes medios como Clarín y
La Nación están satisfechos con el rumbo del Gobierno, lo alientan y
buscan sacarle lo que para ellos pueden ser obstáculos en el camino.
–¿PáginaI12 sería un obstáculo?
–De
hecho lo ven así. Pero si ése fuera el criterio estarían cometiendo un
grave error. La libertad de expresión es un valor universal. Una
democracia de calidad no se basa en la persecución, el encarnizamiento y
la búsqueda permanente de acallar voces distintas. Una democracia
mejora en calidad cuanto mayor sea la pluralidad de voces. Es mi
opinión, pero además es el fundamento jurídico de los pactos firmados
por la Argentina, que en materia de derechos humanos tienen rango
constitucional. Yo quiero poder seguir leyendo Clarín y La Nación. Me
gustaría que los propietarios de Clarín y La Nación quisieran poder
seguir leyendo PáginaI12. El 10 de diciembre último la Argentina celebró
34 años de democracia sin interrupciones. ¿Queremos más derechos o
menos derechos? ¿Queremos más pluralismo o menos pluralismo? ¿Queremos
discusión o queremos uniformidad? Soy dirigente sindical, dirigente
político, parlamentario del Mercosur y editor. Que por favor alguien me
diga cuándo cuestioné la legitimidad de la voluntad popular, así
estuviera en desacuerdo o sintiera temor por el futuro del pueblo
argentino. En las campañas contra mí, contra el sindicato y contra
PáginaI12 veo el peligro de que termine borrada la representación social
de vastos sectores. De trabajadores, de lectores, o de ambas cosas al
mismo tiempo. ¿Tanto les molesta que alguien piense distinto? ¿Tanto les
molesta que alguien actúe distinto? ¿A qué le tienen pánico? Digo esto
porque me impresiona el grado de violencia empleado por un sector de los
medios de comunicación ligados al Gobierno contra medios que tienen
posiciones o líneas diferentes. Atacan con violencia.
–¿Por qué violencia es la palabra?
–Porque
parece apuntar a la destrucción de lo que no es hegemónico en el
Estado, el poder económico y el sector mediático más grande. Porque veo
un funcionamiento en cadena. Porque observo una simultaneidad que no
surge de la agenda pública. Porque hay un abuso de los verbos en
potencial... Porque tal vez busquen condicionar los tiempos y los pasos
del Poder Judicial. Cada dos o tres meses hay una andanada. Y da la
casualidad de que las andanadas coinciden con los momentos de grandes
debates de la Argentina. Venimos de la reforma previsional. Los
legisladores a los que soy afín votaron en contra. El sindicato marchó
pacíficamente y fue parte de las protestas multitudinarias contra el
recorte de asignaciones y jubilaciones. PáginaI12 cubrió el Congreso y
la calle con altísima profesionalidad periodística. Nada de esto impidió
que el Gobierno reuniera el quórum y la mayoría para darle en Diputados
la media sanción que ya había conseguido en el Senado. No nos gusta el
resultado pero sabemos que una ley solo puede ser cambiada por otra ley y
respetamos los mecanismos institucionales. Ahora se viene otra gran
discusión: la reforma laboral. Somos críticos. Al atacarme, ¿quieren
debilitar también a la Confederación General del Trabajo?
–¿Cómo está la CGT?
–No
hay misterios. No hay homogeneidad. Uno de los signos, aunque no el
único, fue la renuncia de uno de los secretarios, (Francisco) “El Barba”
Gutiérrez, de los metalúrgicos. ¿Quiere meterse el Gobierno en la CGT y
alinearla? ¿Alinearnos? Algunos tenemos posiciones más críticas. Otros,
menos. Convivimos y debatimos, como corresponde. No queremos una
reforma que intente ir para atrás respecto de los derechos de los
trabajadores.
–¿Qué sería lo peor de la reforma laboral?
–Retrocede
respecto de derechos ganados en muchos años. No intenta dar mayor
cobertura y mayor proyección a los más débiles o a los trabajadores.
Trata de profundizar el desequilibrio entre trabajadores y empresarios.
Siempre que se buscó que el Estado protegiera al más débil, no que
fortalezca a los más fuertes, que son los empresarios. Habría un
retroceso de las convenciones colectivas de trabajo en favor de
paritarias sector por sector, en el mejor de los casos, o empresa por
empresa. Disminuirá la equidad si no hay un Estado que busque proteger a
los trabajadores. Se diluiría la fortaleza general en debilidades
individuales. PáginaI12 viene contando ese debate. Consigna la posición
del Gobierno y registra las críticas. El diario es un medio crítico con
el poder en general. El periodista que investiga es su fuerte. Frente a
este gobierno PáginaI12 ha desplegado una posición que refleja algunos
problemas graves: hay presos políticos, hay un alto nivel de
endeudamiento, hay la idea de que vuelvan, adaptadas al siglo XXI,
políticas del neoliberalismo. Justo el ataque al diario se produce
cuando fuerzas disímiles coincidieron en la Cámara de Diputados en votar
contra la quita en jubilaciones y pensiones, o cuando dirigentes
políticos se reúnen para acercar las distintas visiones opositores. Nos
quieren amedrentar.
–¿Lo están consiguiendo?
–Lo intentan.
Hay que tener cuidado con el uso de la psicopolítica, como escribe el
autor coreano Byung-Chul Han. Recomiendo la lectura de ese libro.
Cuidado con la instalación del miedo. El miedo es un instrumento
selectivo. Puede haber una política de miedo dirigida hacia ciertos
sectores en particular. Hacia algunos sectores de la política, por
ejemplo. O hacia los sindicatos. O hacia determinados medios. Las redes
sociales ayudan para obtener información. La combinación de Big Data y
estrategias de miedo es muy peligrosa.
–¿Cuál es el peligro?
–La
persecución selectiva muchas veces usa la herramienta de la
discriminación. Por ejemplo la pauta oficial cortada o abusivamente
restringida. La discriminación es para que uno se someta a un
pensamiento único. En este caso, a la idea de un Estado ausente cuando
se trata de defender a los más débiles y presente en defensa de los que
más tienen. Con el intento de concentrar la riqueza en unos pocos.
Algunos no queremos ese país. Los números deben cerrar pero la gente
debe sentirse incluida en ese proyecto de país. Son temas centrales que
hacen a discutir la Argentina que queremos. Nos quieren sacar de la
discusión de fondo para debatir sobre maquillajes. Me gustaría decirle
al Gobierno que se dedique a gobernar.
–Contestaría, seguramente, que ya lo hace.
–Que
se dedique a gobernar y deje actuar a cada uno en lo que le
corresponde. A los sindicatos en defensa de los trabajadores, a los
periodistas informando, a los diarios abriendo el debate e incorporando
temas y enfoques a la agenda pública. Que se abstengan de hacer cadenas
para atacarnos. Fueron elegidos para ejercer el Poder Ejecutivo y
respetamos la legitimidad del voto. Que gobiernen y no persigan.