Cristina: "Lo más grande que le he dado al pueblo es el empoderamiento popular".
"Queridos compatriotas, quiero decirles que yo también los escuché, los escucho y los voy a escuchar siempre", dijo la Presidenta, frente a más de 700 mil personas que la acompañaron en Plaza de Mayo. Cristina Fernández de Kirchner dirigió hoy su último discurso como presidenta de la Nación para reivindicar los logros de sus dos períodos, agradecer el acompañamiento de la sociedad y prometer que no abandonará la política, ante una Plaza de Mayo colmada de militantes kirchneristas, y pidió que quienes la sucederán "por imperio de la voluntad popular", dentro de cuatro años "puedan decirles a todos los argentinos que también pueden mirarlos a los ojos".La presidenta saliente protagonizó un hecho sin precedentes históricos
dado que, en el último día de su mandato brindó un discurso de despedida
ante una plaza en la que había, según cálculos de la secretaría de
Comunicación Pública, más de medio millón de personas.
Cristina
resaltó el hecho de poder despedirse de cara al pueblo a pesar de que
durante los "intensos 12 años y medio" en los que gobernó el
kirchnerismo tuvo en contra a "todos los medios de comunicación
hegemónicos", "las principales corporaciones económicas y financieras
nacionales e internacionales en contra" y sufrió "persecuciones y
hostigamientos permanentes" de lo que denominó "el partido judicial".
"Si
después de todo eso, de tantos palos en la rueda, de tantos golpes e
intentos de golpes destituyentes, de difamaciones y calumnias, podemos
estar aquí dando cuentas al pueblo, imagino que si con tantas cosas en
contra hemos hecho cosas por los argentinos, cuántas cosas podrán hacer
los que tienen todas estos factores a su favor", remarcó.
"Tengamos
mucha fe y esperanza en que nos nos agobien, tengamos la inteligencia
de saber que van a poder hacer las cosas porque tienen todo a favor y
harán las cosas mucho mejor que nosotros", señaló en referencia a la
gestión de Mauricio Macri que se inicia mañana.
Fernández de
Kirchner hizo una rápida enumeración de las conquistas sociales y
exhortó a que todo ello pueda ser profundizado en el siguiente período
pero "sin censuras, sin represión, más libre que nunca porque la
libertad de que hemos gozado los argentinos, y esto no es una concesión
es el derecho del pueblo de expresarse a favor y en contra de cada
gobierno".
Como saldo pendiente, Cristina deseó que "la
democracia alcance a los tres poderes del Estado, porque parece ser que
la democracia se aplica al Poder Ejecutivo y necesitamos que se
democraticen y que nos sean el ariete de la democracia, ni los gobiernos
populares y mucho menos del pueblo".
Inmediatamente recordó que
los tres períodos en el gobierno del kirchnerismo son únicos en la
historia ya que no hubo en el siglo pasado tres períodos de gobiernos
democráticos que hayan pasado el mando a un cuarto. "No lo puedo lograr
Yrigoyen, no lo pudo lograr Perón".
Mencionó luego que le hubiera
gustado entregar los atributos del mando ante la Asamblea Legislativa,
pero luego resaltó: "He visto muchas medidas cautelares, contra la ley
de medios, contra decretos del Poder Ejecutivo, pero en mi vida pensé
que iba a ver un presidente cautelar durante doce horas en nuestro
país".
"Más allá de las diferencias políticas, aunque estén en
las antípodas, lo más importantes es demostrarle a la gente el respeto
por la voluntad popular", aseguró, y le dijo a la militancia en la
Plaza: "Nosotros tenemos la obligación de ser más maduros, porque
nosotros amamos a la patria profundamente, creemos en el pueblo, en lo
que hemos hecho. Y porque creemos en los que hemos hecho tenemos que
tener la actitud positiva para que aquellas cosas no puedan ser
destruidas".
En relación a la finalización de su mandato,
Cristina bromeó que "no puede hablar mucho porque a las doce me
convierto en calabaza", y luego mencionó a cada grupo social y económico
que el kirchnerismo benefició con sus políticas.
Fernández de
Kirchner mencionó a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a los
trabajadores, a los científicos, a los comerciantes, empresarios y
productores; también a los estudiantes y académicos, a los jubilados y
hasta a los desocupados. Mencionó también entre el listado de los
logros, la recuperación de YPF y Aerolíneas Argentinas.
"Después
de doce años y medio podemos mirar a los ojos a todos los argentinos,
sólo le pido a dios una sola cosa, que quienes nos sucedan por imperio
de la voluntad popular, dentro de cuatro años, puedan decirles a todos
los argentinos que también puede mirarlos a los ojos", anheló.
Como
remate de su último discursos, la presidenta de los argentinos durante
ocho años, estableció que "cada uno de ustedes tiene un dirigente
adentro y cuando cada uno de ustedes, cada uno de esos 42 millones,
sienta que aquellos en los que deposito su voto lo traicionaron, tome su
bandera y sepa que él es el dirigente de su destino y el constructor de
su vida".
"Eso es lo más grande que le he dado al pueblo
argentino: el empoderamiento popular, ciudadano, de las libertades, de
los derechos. Gracias por tanta felicidad, tanta alegría, tanto amor,
los quiero, los llevo siempre en mi corazón y sepan que siempre voy a
estar junto a ustedes", cerró.