La Defensoría del Pueblo pide que en programas de cocina informen sobre enfermedades por alimentos.
El Defensor del Pueblo de la Nación, Carlos Haquim, solicitó la colaboración a la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual para que se difunda a través de programas televisivos culinarios recomendaciones para prevenir enfermedades que se transmiten por alimentos, entre las que se encuentra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). La iniciativa proviene de la Asociación de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (LUSUH) y tiene por objetivo que los programas televisivos - tanto de TV abierta, como de cable – difundan mensajes donde se estimule la higiene, particularmente, de manos y de buenas prácticas en el manejo de los alimentos. "Una acción de este tipo contribuiría a la difusión masiva de normas simples de conducta que no sólo influyen en la disminución del Síndrome Urémico Hemolítico, sino que también contribuiría con la prevención de más de 250 enfermedades transmitidas por alimentos", sostuvo Marcelo Da Rocha, presidente de la LUSUH.El SUH es una enfermedad transmitida por alimentos (ETA) cuyo agente
causal es la toxina Shiga (STEC) producida en el 60 por ciento de los
casos por una cepa de Escherichia coli enterohemorrágica, que se
encuentra en el intestino de personas y de vacunos y que a su vez
contaminan los alimentos.
Se transmite a través del consumo de
alimentos contaminados (principalmente por falta de higiene) agua no
potable y leche no pasteurizada y derivados lácteos en las mismas
condiciones.
LUSUH informó que existen algunas "medidas
sencillas" que se pueden tomar para prevenir estas enfermedades como
lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño, antes de comer
y luego de tocar carne cruda y cocinar muy bien las carnes
especialmente la carne picada hasta que pierda el color rosado. También
recomendaron no usar el mismo cuchillo o superficies (tablas, mesadas)
para cortar otros alimentos con el que cortó carne cruda sin antes
lavarlo bien con agua y detergente, lavar cuidadosamente frutas y
verduras crudas y asegurarse de que el agua que se consume es potable.
Además,
hay que consumir leche y otros lácteos pasteurizados y bien conservados
en frío, así como conservar en la heladera tanto alimentos frescos como
cocidos y asegurarse que los baños también se den en aguas que no estén
contaminadas.