Colombi,Clarín e Irán, el negocio del arroz
Los negocios del gobernador Colombi y del nuevo dueño de Clarín con Irán
Por Gustavo Cirelli -Tiempo Argentino
Mientras en FA-UNEN y en el resto de la oposición aún celebran el fallo de la Cámara Federal que dictó la inconstitucionalidad del Memorándum de Entendimiento con Irán, que había sido aprobado en el Congreso tras la propuesta del Ejecutivo, que adujo que ese acuerdo daría impulso a la investigación del atentado a la AMIA empantanada hace años en la justicia; mientras los que impulsaron el lobby mediático sobre ese mismo acuerdo brindan por la estocada contra el gobierno nacional, que ahora deberá apelar el fallo ante la Corte; mientras las víctimas del atentado terrorista que voló la sede de la mutual israelita en Buenos Aires siguen persiguiendo justicia, y las autoridades de DAIA y AMIA que instrumentaron judicialmente la desarticulación del acuerdo diplomático con la nación persa para que los imputados por el ataque criminal del '94 declarasen ante un juez argentino deberán estar analizando qué hacer de ahora en más; hay, al menos, dos figuras centrales de vida pública nacional –uno del mundo de la política y el otro del empresariado– que demostraron, sin prejuicio alguno, que saben diferenciar negocios millonarios de búsqueda de justicia. Que las críticas y los límites son siempre para los demás. Un nuevo ejemplo del doble estándar. Otra muestra de la tradición de ciertas corporaciones.
El viernes 31 de enero, el gobernador radical de Corrientes Ricardo Colombi recibió en su oficina al agregado de negocios de la embajada iraní en la Argentina, máxima autoridad diplomática en el país, Ahmad Reza Kheirmand. Un encuentro calificado de "fructífero" por los presentes.
El delegado iraní llegó con un objetivo: hacer negocios. Más preciso
aún: incrementar la exportación de arroz a su país. El gobernador lo
esperó con similar objetivo. Todos contentos. Incluido el empresario que
no tuvo necesidad de posar para la foto en el despacho provincial, el
omnipresente y multifacético José Antonio Aranda, flamante mandamás de
Clarín tras el desplazamiento de Ernestina Herrera de Noble y Héctor
Magnetto.
Para el Ejecutivo nacional y un sector del grupo de
familiares y sobrevivientes del atentado a la mutual judía, el
memorándum era la única vía concreta para lograr destrabar una causa que
está paralizada hace 20 años.
Aranda, junto con Lucio Pagliaro,
pasarán a ser accionistas exclusivos de la Unidad 1 del plan de
adecuación –que les impuso la Ley de Servicios Audiovisuales–. La Unidad
1 incluye a ARTEAR (Canal 13), radio Mitre, el canal de noticias TN, el
canal 12 de Córdoba, el 6 de Bariloche, la FM 100, una AM y una FM de
Córdoba y una FM de Mendoza más 24 señales de lo que pasará a llamarse
Cablevisión Residual I y que abarca un universo de 400 mil abonados.
También el diario. Aunque sus intereses van más allá del universo
mediático: Aranda es el titular de COPRA SA, la principal arrocera
correntina, radicada en la localidad de Mercedes, que tras la ampliación
y modernización de su planta en agosto de 2013 cuenta con la capacidad
de procesar 150 mil toneladas anuales de materia prima, lo que equivale a
casi un cuarto de la producción provincial. Con un dato a subrayar:
Corrientes encabeza el ranking nacional de producción y exportación de
arroz. En el ejercicio 2012/13 superó a Entre Ríos y a Santa Fe.
Aranda
–anfitrión infaltable en cada Expoagro– fue una de las espadas del
Grupo Clarín que orquestó la ofensiva contra el gobierno nacional en
marzo de 2008, cuando los dueños del campo rompieron lanzas contra el
Estado por las retenciones móviles, una crisis que terminó con la
defección del "voto no positivo" del ex vice y actual diputado radical
del FA-UNEN, Julio Cobos, que sepultó la resolución 125–.
Paradójicamente, el dueño del diario Clarín fue uno de los beneficiados
en la última década en el agro: en la campaña 2001/02, la producción de
arroz a nivel nacional era de 709 mil toneladas y en el período 2012/13
alcanzó 1.560.000 de toneladas. Creció un 120% en poco más de diez años.
Durante ese tiempo, la superficie nacional sembrada pasó de 126.435 a
232.700 hectáreas (un 84% más).
El conflicto ambiental que la
arrocera de Aranda provocó en la zona de Ayuí Grande (ver recuadro) no
limitó su expansión en el rubro: cuando el 24 de agosto del año pasado
COPRA SA inauguró la ampliación de la planta, un gerente de firma afirmó
que ese nuevo molino "permite procesar por año 120 mil toneladas de
arroz cáscara, será uno de los molinos más importantes del país, por
volumen y tecnología". Con dos décadas de historia, COPRA SA se ubicó
entre las principales exportadoras del sector arrocero junto a Molinos
Libres S.A., Pilaga S.A. (Molinos Ala), Semillas y Cereales S.A,
Cooperativa Arroceros Villa Elisa Ltda., Dreyfus S.A., Marcos Schmukler
S.A., Bunge Argentina S.A. y Molinos Río de la Plata.
En el país,
el consumo anual de arroz per cápita es entre 6 y 7 kilos. En Irán, de
treinta. En 2013, ese país se ubicó en tercer lugar como destino de
exportaciones de la industria arrocera argentina, con más de 48.100
toneladas, después de Brasil e Irak. Aranda tomó nota. Avanza.
Recompone.
Para cuando Kheirmand llegó con su comitiva al
despacho de Colombi, el gobernador ya había dejado atrás un nubarrón
pasajero, un malestar, con Clarín y sus directivos. Una vez más, lo
importante se imponía sobre lo accesorio. Para entenderlo hay que
repasar los últimos meses de relación entre el mandatario provincial y
Aranda.
En el acto de la ampliación de la arrocera en agosto de
2013, Colombi no ahorró críticas al gobierno nacional y elogios para el
empresario. Agradeció: "Sin dudas este es un día muy importante,
trascendental para la producción arrocera de Corrientes, este proyecto
va a generar un incremento significativo (…) y que tiene un doble
mérito, por todos los problemas que mencionó el doctor Aranda, a
nosotros también la Nación debe por regalía de distintos emprendimientos
1500 millones de pesos (…)".
Qué había dicho el "doctor",
minutos antes, en tan emotiva ceremonia: "(…) quiero reconocer el apoyo
de Corrientes, con un escenario totalmente favorable para la inversión,
tanto en seguridad como con la claridad, previsibilidad en materia
tributaria. Totalmente a la inversa de lo que ocurre con el gobierno
nacional, que no sólo nos debe la liquidación de exportaciones
equivalente a 12 mil toneladas, lo que equivale a dos meses plenos de
funcionamiento de esta planta, y por reclamar no sólo no nos paga, sino
además nos persigue y nos aprieta."
Pocas semanas después,
Colombi obtenía su relección como gobernador. Esa noche, descargó su
enojo contra un periodista de Clarín. Un "sincericidio" político que ya
no sonroja a nadie. Se despachó Colombi: "El domingo de las elecciones
jugó pésimo. Yo me jugué, porque tu jefe tiene una empresa en Mercedes,
yo lo conozco." Agregó: "Sacaron que esta es la provincia más pobre del
país, que es una vergüenza. Jugaron muy mal." Cerró: "Yo estoy a favor
de la libertad, en contra de la Ley de Medios, yo defendí a tus jefes
allá." Fin. Pasaron los meses.
El 17 de febrero, el diario La
Nación publicó un artículo sobre el giro de la relación entre la
Argentina e Irán tras la falta de voluntad de Teherán por implementar el
memorándum firmado. La nota señaló que el gobierno argentino cortaría
lazos con el iraní y se acercaría a Israel. El texto señaló que "este
clima de frialdad se pudo percibir claramente el martes pasado (11 de
febrero), cuando el encargado de negocios de Irán en Buenos Aires, Ahmad
Reza Kheirmand, ofreció en el Hotel Alvear un agasajo por el día
nacional de su país: no hubo ni un solo funcionario del Gobierno. Apenas
unos pocos diplomáticos de segunda línea de la Cancillería se acercaron
al lugar y admitieron por lo bajo que el diálogo entre Buenos Aires y
Teherán 'está roto'". Al parecer, nada es tan tajante.
Dos
semanas antes de su cocktail en el Alvear, Reza Kheirmand, había
experimentado el calor correntino la mañana del último viernes de enero,
cuando lo recibió Colombi. El gobernador radical tenía claro para qué:
atraer inversiones a su provincia. Sellar un acuerdo de entendimiento
con Teherán para hacer negocios. Exportar a gran escala arroz correntino
a Irán. El arroz de Aranda. «
El negocio arrocero en Corrientes
Entre
los diversos negocios de José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo
Clarín hasta que se apruebe la división societaria que el multimedios
presentó a la AFSCA y a la CNV para adaptarse a la Ley de Medios, figuró
un emprendimiento arrocero en Corrientes, que fue denunciado por este
diario, en 2010. Ocurre que entonces, la empresa Copra SA, presidida por
Aranda, en alianza con Adecoagro, del magnate húngaro George Soros,
pretendía regular el agua de un arroyo que regaría 20 mil hectáreas de
arroz mediante la construcción de la Represa Ayuí Grande. La obra
beneficiaría a los socios, cuyos campos eran vecinos. Poco les importaba
a los propietarios que para lograrlo debieran dejar bajo el agua 8000
hectáreas de la localidad correntina de Mercedes ni desaparecer bosques
en galería a lo largo de 137 kilómetros y numerosas especies nativas.
Era la primera vez en la Argentina que un curso de agua de dominio
público se pretendía poner al servicio de empresarios privados. Acaso
por la obscenidad de la megaobra, en 2011, Soros abandonó la polémica
iniciativa. Entonces, el húngaro adujo "razones propias". Aranda no
tuvo la misma delicadeza.