Calentando las urnas, lo que es o sería
La campaña electoral bonaerense acapara los medios nacionales, porque donde se juegue el futuro parece que será, una vez más, la Provincia de Buenos Aires. Por Mempo Giardinelli. Mientras Leandro Santoro pica en punta y con limpieza en la Capital Federal de la República frente a pre-candidaturas no exentas de turbiedades mileístas, macristas y antinacionales varias, la semana política se cerró antenoche con las mayores expectativas girando en torno de los aconteceres en la provincia más poblada del país, donde quedaba claro que Cristina y Máximo Kirchner se inclinan por evitar el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses; el Frente Renovador eludía pronunciarse por una opción, y el gobernador Axel Kicillof se definió a favor con un potente discurso el viernes pasado en el Teatro Argentino de La Plata.
Como se informó en este diario este domingo, Sergio Massa reunió a su
tropa en San Fernando y aseguró todavía ‘no saber’ si era "mejor una
elección separada o concurrente", mientras funcionarios de la
gobernación platense ya estaban atentos a la sesión de este martes en la
Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Y es que en los tres
sectores se mantienen alertas, porque "así como la división de nosotros
es garantía de éxito para el presidente Milei, la sociedad no nos va a
perdonar si seguimos dispersos", dijo Massa palabras más palabras menos,
sin mayores sutilezas y reconociendo la dura realidad. Ante la que sin
embargo tampoco se definió, ensanchando algo más la incertidumbre que
enmarca hoy a las elecciones en esa Provincia. El discurso de Kicillof
el viernes pasado, en el colmadísimo Teatro Argentino, fue contundente.
En su estilo didáctico y sereno, quizás demasiado extenso pero sin
vueltas, el gobernador no cerró ninguna puerta y fue claro en cuanto al
para él necesario desdoblamiento de las elecciones. Respetó las posturas
tanto de CFK como de SM, pero no se bajó de su posición. Desde la
gobernación se difundió después y de diversos modos la disposición de AK
para alcanzar entendimientos, aunque advirtiendo que no aceptarían que
le "metan concurrencia de prepo" porque consideran que eso "sería un
golpe institucional y punto desde el que podría no haber retorno”.
En
realidad todos los sectores (el cristinismo, el massismo y el
kicillofismo) están, en apariencias y en discursos, convencidos de que
la unidad del campo nacional y popular es imprescindible como eje
fundamental del destino político de esta Nación. Pero eso no deja de
ser, todavía, más que una prudente argumentación para difundir como
propuesta para que el pueblo de la Provincia elija democráticamente qué
es lo que quiere y cómo lo quiere. Y al menos desde La Plata queda clara
y se difunde la idea fundamental que expuso Kicillof: "Sí a construir
la unidad, pero sin que se recorten ni debiliten ni un milímetro las
facultades del gobernador y la Legislatura”. Así, al amanecer del
domingo las posiciones estaban claras: el kirchnerismo decidido por los
comicios concurrentes en una sola jornada, mientras el kicillofismo
reiteraba su decisión de eludir el riesgo de un golpe legislativo, para
lo cual sostenía la convocatoria a votar en dos jornadas diferentes. O
sea, se proponía desdoblar comicios.
Pero también desde el amanecer y
en los ambientes cristinistas se apostaba a lo contrario: o sea que en
la sesión convocada para este martes 8 de abril, a las 14 horas, La
Cámpora y el Frente Renovador propondrían tratar un proyecto para
suspender las PASO a fin de definir la fecha de elecciones concurrentes y
simultáneas. O sea, no desdoblar comicios.
En esta tesitura fueron
inanes las palabras de Massa ante su tropa y Alexis Guerrera –quien
fuera ministro de Transportes de Alberto Fernández entre Mayo de 2021 y
Noviembre de 2022, cuando prácticamente fue archivado el Canal
Magdalena– y quien más allá de lo muy cuestionado que fue entonces,
ahora preside la Cámara Baja en la Legislatura bonaerense.
Lo cierto
es que entre las decisiones correlativas a lo que se decida
electoralmente, todavía pesa esa historia doliente, porque quizás el
mayor –y mejor– proyecto del gobernador Kicillof sigue siendo el Canal
Magdalena, cuya resolución y operatividad es urgente como único modo de
frenar la definitiva entrega del Río Paraná y la salida soberana al
Océano Atlántico. E incluso depende de ello el imprescindible Puerto
Offshore que hace falta para que la Argentina recupere en serio y para
siempre, y con total soberanía, el comercio exterior que entregó Menem
hace 3 o 4 décadas y cuyos daños son gigantescos, tanto que severos
economistas como Horacio Rovelli y Néstor Forero vienen advirtiendo
consistentemente que hacer estas obras será clave para el pago total de
la deuda externa que agobia a esta república. Máxime cuando Mister Trump
envuelve al mundo en una guerra comercial que en gran medida se libra
ya sin economizar vidas, cosas ni logísticas.
Bien reconoció Massa
que es hora de "renovarnos y asumir nuestros errores" pero a la vez
subrayando que "estamos en un debate electoral, de táctica electoral, ni
siquiera en una discusión de propuesta electoral alternativa”. Por lo
cual el desdoblamiento que Axel descarta no fue todavía ni siquiera
debatido. Al parecer porque la división sería vista como garantía de
éxito de Milei, y "la sociedad no nos va a perdonar que no tengamos la
generosidad y capacidad de ceder para representar a quienes rechazan
este gobierno”.
Lo cual es verdad, y es la alarma que circula en
todos los sectores. Si no se organiza un frente político que funcione
como oficialismo a nivel provincial y como principal opositor a nivel
nacional todo será no sólo más difícil sino incluso suicida en términos
electorales. Porque lo que el pueblo votante espera verdaderamente es un
contundente rechazo a Milei y a su ya absurdo gobierno.
Es
precisamente en este sentido que Kicillof sostiene que la mejor opción
es "votar en dos días diferentes": uno para la gobernación y otro para
las legislativas, y en las que Cristina estará anotada en primer
término.
Pero he aquí que esa propuesta es resistida precisamente por
el cristinismo, que busca el llamado a elecciones provinciales para el
mismo día que las nacionales, lo cual podría llevar a CFK a ser
candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral.
Cabe
recordar también, en tan complejo escenario, que nunca antes hubo
elecciones en la Provincia de Buenos Aires desacopladas de las
nacionales.
Como se ve, el panorama es complejo, pero no debería
tener otro resultado que un acuerdo de partes, por arduo que sea
alcanzarlo. Se impone para ello un fuerte ejercicio de racionalidad
porque con un gobierno nacional como el actual, que lo único que genera
es un desastre tras otro, el peronismo y todo el llamado espacio
nacional no tienen más alternativa que rebajar personalismos
dirigenciales. Y en este sentido las preferencias de quienes insistan en
forzar elecciones para cuidar cada uno sus quintitas, no serán más que
renovadas demostraciones de algunas malas conductas que suelen afectar
al peronismo.
Esta columna cree que el gobernador Axel Kicillof no va
a cambiar su postura, expresada en el Teatro Argentino de La Plata. Y
bien hará en tal tesitura. Porque si acaso Cristina y él acaban
enfrentados, las urnas simplemente expresarán lo más probable y dañino:
que uno de los dos no habrá aprendido nada de la Historia si sus
necesidades se anteponen al interés popular.