Macri le sigue pagando a Clarin
 Macri metió en sesiones extraordinarias un proyecto pedido por Clarín para desregular Papel Prensa
Macri metió en sesiones extraordinarias un proyecto pedido por Clarín para desregular Papel Prensa
El Ejecutivo incluyó en el temario la propuesta para que la única planta de papel de diarios del país pueda optar por no abastecer al mercado y decidir a qué medios les vende.
Si bien se había acordado un temario light para las sesiones extraordinarias en el Congreso nacional después de la interna que atraviesa Cambiemos, el Grupo Clarín recibió este martes la buena noticia de que el proyecto de ley para desregular el monopolio de la producción y la venta del papel para diarios, presentado por Diego Bossio hace unas semanas, en acuerdo con el oficialismo.
El proyecto ingresó por mesa de entradas del Congreso el  9 de 
noviembre. Emilio Monzó, presidente de la Cámara, rápidamente le dio 
giro a la comisión de Comercio presidida por Miranda que convocó a 
reunión del cuerpo –que hasta ese momento se había reunido dos veces en 
todo el año–, para el 14 de noviembre. Ese mismo día se dictaminó pese a
 que el Frente para la Victoria pidió que se amplíe el giro a la 
comisión de Libertad de Expresión y se convoque especialista en el tema.
 Así las cosas, en cinco días, y sin abrir la discusión, el oficialismo y
 el peronismo no kirchnerista dejaron al proyecto en condiciones de ser 
tratado en el recinto. 
"Es una de las tres cosas que pidió Clarín", 
explicó Tiempo un importante asesor del bloque de la UCR resignado pero 
firme. El texto presentado por Bossio consta de tan sólo dos artículos. 
El primero plantea derogar gran parte de los artículos de la Ley 26.736 
que declara de interés público de la producción y comercialización de 
papel para diarios. El otro es de forma.
En 2010, cuando el 
kirchnerismo impulsó la ley de regulación para el papel prensa, la 
discusión también fue fuerte y los bandos fueron los mismos. Lo que 
cambió es la relación de fuerzas y, desde ya, el rol institucional. En 
aquel entonces, como ahora, la oposición objetó los giros y dio una 
fuerte discusión en la comisión de Comercio y en el recinto. El Grupo A,
 como se denominaba el armado parlamentario de la oposición, no pudo 
torcer la voluntad del kirchnerismo que avanzó con la norma, pero a 
diferencia de lo que sucede ahora, convocó a expertos y a una serie de 
audiencias públicas para debatir el texto y construir un fuerte consenso
 antes de elevarlo al recinto.
En concreto, el proyecto propone 
derogar artículos de la Ley 26.736, de 2011, que declara "de interés 
público la fabricación, comercialización y distribución de pasta 
celulosa y de papel para diarios". Puntualmente los artículos 20, 21, 
24, 25, 26, 27, 40 Y 41.
El proyecto recoge sin miramientos ni 
matices los reclamos de la empresa Papel Prensa y de diarios del 
interior del país, agrupados en la Cooperativa de Provisión de la Prensa
 Argentina (Cooppal), quienes reclaman que la ley "impide la libertad 
comercial, encarece los insumos y obstaculiza inversiones". Sin embargo,
 el proyecto propone derogar el Artículo 20, con lo cual elimina la 
obligación de comercializar el papel para diario a un precio único y 
público de pago. Sin este artículo, las proveedoras de este insumo 
pueden vender a un valor preferencial a ciertos medios como Clarín y La 
Nación, copropietarios junto al Estado de Papel Prensa.
En la misma 
línea, propone derogar los artículos 24, 25, 26 y 27, mediante los 
cuales se regula la cantidad de producción nacional y de importación de 
pasta celulosa y papel para diarios, a fin de asegurar el abastecimiento
 pleno del mercado local. Por lo tanto, no habrá garantías para que los 
diarios locales puedan acceder al papel que se produce en Argentina. Y 
en ese contexto se propone la derogación del artículo 40 que obliga a 
Papel Prensa a operar como mínimo a pleno de su capacidad operativa o de
 la demanda interna de papel.
Los beneficios que le traerá la 
modificación de la norma a los dueños de Papel Prensa están claros, 
igual que los perjuicios para el resto de los medios que se verán 
sometidos a la voluntad de sus competidores que sustentan una posición 
dominante.












